Del astronauta sin dinero para volver a la Tierra al novio famoso: las tretas de los estafadores del amor

A la mujer, en principio, la historia le cuadra. Según explicó, en declaraciones recogidas por el medio japonés 'Yomiuri Shimbun', el supuesto cosmonauta empleaba los «nombres de organizaciones reales, como la NASA o la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Espacial». Decidió fiarse y, entre mediados de agosto y principios de septiembre, le fue haciendo varias transferencias destinadas a que este pudiese comprar su billete y abandonar, de una vez por todas, la ISS.

En total, fueron más de 30.000 euros, pero el ruso parecía no tener suficiente y seguía solicitando nuevos ingresos. Fue entonces cuando comenzaron las sospechas. La mujer acudió a la policía de su ciudad y fue informada de que había caído en una estafa del amor. Un viejo problema de internet que causa miles de víctimas cada año en todo el mundo. Ese fue el caso también de Amelia Gutiérrez Ayuso, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado junto al de sus dos hermanos el jueves de esta semana en un domicilio de Morata de Tajuña.

De acuerdo con la Guardia Civil, la muerte de los tres familiares pudo deberse a un ajuste de cuentas. Amelia había pedido prestado mucho dinero para enviárselo a un estafador que se hacía pasar por militar estadounidense destinado en Afganistán. La suma total, en este caso, rondó los 400.000 euros.

«En España seguramente habrá miles de víctimas de la estafa del amor. Lo que pasa es que muchas personas tienen vergüenza de compartir su caso y denuncia», explica en conversación con ABC Emilia Zaballos, jurista y vicepresidenta de la Asociación de Afectad@s por Estafas Emocionales, dedicada al asesoramiento, apoyo psicológico y defensa de los derechos de todos aquellos que hayan sido víctimas de alguna campaña maliciosa de este tipo que, normalmente, suele realizarse a través de aplicaciones de citas o redes sociales.

Como señala Zaballos, detrás de las estafas amorosas, al menos por norma general, no hay personas singulares que, un buen día, deciden navegar por la red a la caza de personas con recursos a las que dejar sin blanca. Ni mucho menos. Suelen ser grupos cibercriminales organizados que, antes de lanzarse a hablar con la potencial víctima, la estudian a fondo con el objetivo de intentar convertirse en algo lo más cercano posible a «la persona de sus sueños».

Normalmente, suelen dirigirse a personas de edad algo más avanzada que estén, como mínimo, rondando la cincuentena. Evidentemente, no todo el mundo vale. No es lo mismo desplumar a un empresario de una gran multinacional que a un veinteañero que ni ha terminado la universidad. «Suelen tener carencias afectivas, poco tiempo para relacionarse o malas experiencias amorosas en el pasado. Además una persona mayor muchas veces tiene menos competencias digitales y le cuesta más comprobar si la persona que hay detrás de esos mensajes que recibe es real o no», dice Zaballos.

La jurista destaca que las personas más mayores, de 67 años en adelante, son las más vulnerables. El pasado verano, una mujer estadounidense fue condenada a cuatro años de prisión por estafar a un hombre de 87 años, superviviente del Holocausto, más de dos millones de euros.

El timo amoroso, en este caso, se desarrolló a lo largo de varios años. Todo comenzó en 2017 en una 'app' de citas. La delincuente, poco a poco, fue ganándose la confianza de la víctima y enamorándola. En teoría, el dinero iba a ser empleado por la criminal para solventar unos problemas judiciales. Evidentemente, no fue así. El timo se prolongó en el tiempo hasta 2021.

«Hay excusas de todo tipo«, explica Zaballos. »Pueden encontrar a una persona muy humanitaria y apelar, por ejemplo, a que tienen un hijo enfermo pero no cuentan con dinero para el tratamiento. Es el amor de tu vida. ¿Cómo no le vas a dar el dinero?«, apunta la jurista. »Si eres una persona muy hábil en los negocios, la pueden intentar timar vendiendo que tienen la mejor idea del mundo, pero necesitan inversión para sacarla adelante«, prosigue.

A pesar de que las estafas amorosas no entienden de sexos, las mujeres, aparentemente, son más proclives a caer en la trampa. La asociación de Zaballos cuenta con más de 200 integrantes que han pasado por situaciones de este tipo, y, según sus cálculos, solo el 30 o el 25% son hombres.

Aunque, como hemos dicho, siempre hay una escusa buena para desplumar a la víctima de turno, durante los últimos meses ha habido varias estafas sonadas de este tipo en las que los criminales se hacían pasar por famosos. Y las víctimas los creían.

El pasado verano salió a la luz que una mujer de Granada de mediana edad había entregado 170.000 euros a un grupo de criminales que se hacían pasar por el famoso actor Brad Pitt. La víctima estaba convencida de que mantenía una relación con el actor y de que, próximamente, se iban a casar. También que iba a aparecer en una película con el protagonista de '7 años en el Tíbet'.

Y este no es un caso aislado. El pasado 2022 un criminal que se hacía pasar por el actor Nicolas Cage consiguió engatusar a un británica de mediana edad, que también se pensaba que mantenía una relación con el intérprete, para robarla más de 10.000 euros.