Las 200 contraseñas más comunes de 2020

La compañía NordPass, especializada en administradores de claves, ha publicado su investigación anual sobre las contraseñas más comunes del año. Un dato, sin embargo, personal e intransferible del que no debería conocerse, pero se trata de una información agregada. El resultado, el mismo de los últimos años: las contraseñas más comunes de 2020 han sido combinaciones de números fáciles de adivinar como «123456», la palabra «contraseña», «querty», «iloveyou» y otras claves de lo más sencillo.

La lista de contraseñas fue recopilada, según explican en un comunicado desde la empresa, en asociación con una firma especializada en la investigación de filtraciones de datos. Esta empresa analizó una base de datos que contenía 275.699.516 contraseñas en total, de las que solo 122.894.788 eran únicas, lo que suponía tan solo el 44% del total. De la muestra estadística se puede intuir en la importancia de una mayor concienciación sobre seguridad informática básica.

Pese a los recordatorios constantes de los expertos en ciberseguridad, tras comparar la lista de las contraseñas más comunes de 2020 con la misma lista de 2019, se ve con claridad que la gente sigue usando contraseñas simples. Por ejemplo, la contraseña que encabezaba la lista en 2020 era la segunda en 2019, y la segunda de 2020 fue la tercera en 2019.

Solo menos de la mitad (78, en concreto) de las contraseñas eran nuevas en la lista de las 200 contraseñas «más populares» de 2020. En líneas generales, la gente sigue usando contraseñas fáciles de recordar, incluyendo sus propios nombres, equipos deportivos y comidas favoritas, etcétera.

Según el experto en ciberseguridad Chad Hammond , hay que cambiarla de inmediato. «La mayoría de estas contraseñas pueden hackearse en menos de un segundo. Además, ya han quedado expuestas en filtraciones de datos anteriores. Por ejemplo, la contraseña más usada ‘123456’ ha sido vulnerada 23.597.311 veces», relatan fuentes de la empresa.

También es importante conocer los riesgos de no usar una contraseña única, o de usar una que sea fácil de «hackear». Por ejemplo, tu contraseña débil puede usarse para realizar ataques de relleno de credenciales, donde los datos vulnerados se utilizan para obtener acceso no autorizado a las cuentas de los usuarios. «Si eres víctima de un ataque de relleno de credenciales, puede que pierdas tu Facebook o alguna otra cuenta importante, con todo su contenido. Además, tu dirección de correo podría usarse para hacer ataques de phishing o para estafar a tu familia y amigos, quienes probablemente caigan en la trampa, ya que el correo supuestamente provendrá de ti», señala Hammond.