Así es el Mavic Mini 2: un dron muy manejable pensado para quien quiera iniciarse en esta tecnología

DJI optó por construir un dron justo por debajo de ese peso, de 242 gramos, evitando así la regulación y enfocándose en personas que no usan el dron para uso profesional y para los que cualquier traba de ese tipo haría que renunciasen a su uso. ¿Cómo ha puesto DJI a dieta el Mini? Limitándolo al uso fotográfico y eliminando sensores, además de algo de estabilidad en vuelo. Su precio, en estos momentos, está fijado en los 359 euros.

Mavic Mini 2 corrige algunos fallos de su predecesor. Es mucho más estable con vientos fuertes, aunque sigue siendo un dron muy ligero y eso le afecta, puede que el viento consiga desplazarlo lateralmente, pero no conseguirá derribarlo. Durante las pruebas con vientos, el DJI Mini perdió el punto de despegue por el desplazamiento del viento, pero aguantó estoicamente rachas de 30 km/h.

La clave del Mavic Mini 2 está en su mando o control remoto, que abandona, por fin, el WiFi y pasa a OcuSync 2.0. El WiFi es un mal sistema de comunicación entre el dron y el mando, sufre muchas interferencias. En Europa, además, su potencia está regulada siendo menor que en el resto del mundo. Eso hace que la señal no atreviese bien los obstáculos sólidos como los edificios, y aunque DJI prometiera que bajo WiFi se pueden llegar a kilómetros de distancia, en la práctica no es verdad.

Con OcuSync 2.0, el mismo sistema que usan los drones de DJI de gama más alta, esto cambia por completo, el mando es capaz de mantener la conexión a varios kilómetros de distancia sin perder ni señal ni la imagen de la cámara. El sistema no es perfecto, pero no se perderá la conexión del dron a unos escasos cientos de metros. Lo que está claro es que supone una enorme mejora sobre cualquier dron en su rango de precio. En teoría podría volar hasta los 10 kilómetros de distancia, en las pruebas llegamos hasta los dos sin problema y la barra de conexión no cayó ni una barra.

El cuerpo del Mavik Mini 2 no ha cambiado mucho con respecto al modelo anterior, los brazos se doblan ocupando el espacio en ancho de un teléfono móvil. No se puede decir que entre en un bolsillo, pero sí en cualquier bolsa. El mando es el mismo que usa el Mavik Air, es más voluminoso que el propio dron, con sticks desmontables, y un cómodo soporte desplegable para móvil donde conectarlo vía cable.

En cuanto al tiempo de vuelo, deberían ser entorno a los 30 minutos según DJI, pero en una situación real con desplazamiento, más el porcentaje de seguridad que se deja para que la batería no llegue a cero en vuelo, estará en torno a los 20 o 25 minutos .

Ahora vamos a lo importante, la cámara. Una de las grandes quejas de la versión anterior ha sido solventada, el dron pasa de 2,7k a 4k pero sin superar los 30 FPS, si queremos subir a 60 FPS, la resolución tiene que bajar a FHD. La mejora en la calidad de la imagen es muy notable . La subida a 4k permite hacer zoom digital desde al aplicación de 2x, 3x en 2,7K de resolución y 4x en FHD. En cuanto a la foto es de 12 megapíxeles, y ahora es capaz de disparar en RAW, para editar posteriormente la imagen.

No obstante, la cámara sigue ofreciendo resultados bastante mejorables en situaciones con un gran contraste , como los amaneceres o en los contraluces, ahí la cámara todavía sufre, aunque es algo natural. Es capaz de sacar imágenes de 360 grados, 180 y panorámicas, con bastante buenos resultados, pero sólo si no hay nada de aire. El único punto negativo es que la foto de 360º es difícil de compartir fuera de la aplicación. El gimbal cuenta con estabilización en tres ejes y cumple su función a la perfección, independientemente de su inclinación o movimiento. La inclinación de la cámara va desde los cero a los 90º, lo que le permite tomar imágenes totalmente verticales.

Además el Mavik Mini 2 cuenta con diferentes tomas automáticas que ya habíamos visto en otros drones para crear efectivos videos de escasos segundos para las redes sociales con sólo presionar un botón, sólo hace falta señalar el objetivo y el dron hará una toma circular, en diagonal o perpendicular.

Vamos a repasar los aspectos negativos. La falta de sensores de proximidad hace que al volar el Mavik Mini 2 haya que extremar la precaución al máximo; sobre todo de noche , si se acerca a una pared, nada impide que choque contra ella como ocurro con los otros drones de DJI. La falta de sensores también hace que pierda una de las funcionalidades más demandadas en los drones, el seguimiento. Así es como se obtienen tomas esquiando, montando en bici o caminado por la playa sin necesidad de tener el control remoto en la mano. Esto sin sensores, es imposible, ya que el dron colisionaría contra el primer obstáculo con el que se encontrara.

También en las pruebas hemos tenido que estar recalibrando la brújula a todo momento, es decir, cada vez que lo usábamos en un nuevo entorno había que volver a pasar el proceso de girar el dron de forma vertical y horizontal. Son unos minutos, pero es un paso más que tenemos que llevar a cabo para volar el dron. Es habitual tener que hacerlo de vez en cuando, pero no de forma tan frecuente como con el Mavic Mini 2.

Mavic Mini 2 es un buen dron para iniciarse en este mundo, y mejor aún para viajar logrando unas buenas tomas sin ser un experto, además no ocupa prácticamente nada, es ligero, y las tres baterías del pack «fly more» nos garantizan más de 60 minutos de vuelo, autonomía suficiente para un viaje corto.