Cardenal Ennio Antonelli: «Las autoridades deben proteger el derecho de los hijos a tener un padre y una madre»

Como los paisajes dulces y serenos de su Umbría natal que han inspirado a tantos pintores, el cardenal Ennio Antonelli, de 73 años, se caracteriza por una actitud serena y positiva. Un talante «familiar», que resulta el más adecuado para la tarea que Benedicto XVI ... le confió el año pasado: presidir el Pontificio Consejo encargado de defender la Familia y la Vida a nivel mundial. El cardenal Antonelli participará hoy en la Fiesta de la Sagrada Familia en Madrid.

- Eminencia, el Papa Benedicto XVI se sumará a la celebración mediante un enlace televisivo en directo con la Plaza de Lima. ¿Qué significa la participación personal del Santo Padre?

-El enlace televisivo manifiesta la atención prioritaria del Papa y de la Iglesia a la familia, su dignidad y su misión procreadora y educativa. Benedicto XVI ha dado un fuerte relieve a la familia también en su encíclica «Caritas in Veritate» («Caridad en la Verdad»), dedicada al desarrollo humano integral.

- ¿Cuáles son las enseñanzas principales de esa encíclica sobre la familia?

-El documento aborda temas de gran envergadura sobre la sociedad, la economía y el desarrollo de los pueblos. En este contexto, la familia se presenta como célula fundamental y vital de la sociedad, decisiva no sólo para la felicidad y la maduración humanas, sino también para la cohesión y el bien común de la sociedad. Incluso el mercado, si quiere ser civil, necesita considerar el beneficio desde una perspectiva social de justicia, solidaridad y fraternidad, virtudes que maduran sobre todo en la familia.

- En la encíclica «Caritas in Veritate» se habla también de «ecología humana». ¿Qué significa este concepto?

-El concepto de «ecología humana» está relacionado estrechamente con el concepto de «ecología ambiental». En nuestra cultura se valora mucho la responsabilidad de salvaguardar el medio ambiente, la tierra, el agua, el aire, las plantas y los animales. Es justo y es un deber. Del mismo modo, y con mayor razón, se debe valorar la responsabilidad por el hombre y la convivencia social, por el respeto de las personas y de la naturaleza humana. «El libro de la naturaleza -dice el Papa- es uno e indivisible, tanto en el aspecto del medio ambiente como en el de la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia y las relaciones sociales; en una palabra, del desarrollo humano integral». El deterioro medioambiental y el deterioro ético y social son interdependientes, como lo son el saneamiento ambiental y la promoción auténtica del ser humano.

- Usted es el colaborador más cercano del Papa para el apostolado de la familia. ¿Qué significará su presencia en Madrid en la fiesta de la Sagrada Familia?

-Mi participación y la de otros cardenales y obispos de varios países subrayan el carácter internacional y, en concreto, europeo de la celebración. Europa atraviesa hoy una peligrosa crisis de la familia y la natalidad.

- ¿Significa también crisis del amor? ¿Exceso de individualismo?

-«Ama a tu prójimo como a ti mismo». Si la relación con los demás consistiese sólo en utilizarlos con vistas al propio interés, no se respetaría su dignidad como personas. Es necesario desear el bien de los demás con la misma seriedad con que se desea el bien propio. Es necesario hacerse cargo, según la propia capacidad, de su crecimiento humano integral, respetando su alteridad y su libertad, revalorizando sus diferencias positivas, aceptando llevar incluso el peso de sus limitaciones, errores y pecados como hizo Jesús por todos los hombres.

Niños, ancianos y enfermos

- O sea, un amor comprensivo...

-El amor respeta a los demás y los revaloriza, creando interacción, colaboración y enriquecimiento recíproco, unidad entre elementos diferentes; es decir, comunión. La familia es el lugar donde se armonizan sin discriminaciones las diferencias fundamentales del ser humano: la de los sexos, hombre y mujer, así como la de las generaciones, padres e hijos. Es la institución del don recíproco y de la comunión total de vida, caracterizada por la unidad y la apertura. Los cónyuges miran juntos hacia los hijos y, más allá de los hijos y junto con ellos, hacia la sociedad. En la familia las personas no se preocupan sólo de lo que les conviene sino también del bien de los demás y el bien común, que es de todos y de cada uno. Con una atención preferencial por los más débiles: los niños, los ancianos, los enfermos, los discapacitados.

- Y esto, ¿qué significa para la sociedad?

-En la dinámica del amor maduran las virtudes sociales, indispensables para la convivencia civil: la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la colaboración. En nuestros días, por desgracia, la lógica individualista y mercantil del intercambio interesado tiende a invadir incluso el ámbito de las relaciones interpersonales, volviéndolas falsas y frágiles, mientras que sería de desear lo contrario. Es decir, que los valores de la familia humanizasen el mercado.

- ¿En qué medida la fragilidad de la relación entre los padres daña también la educación de los hijos?

-Muchísimo. La unidad y la estabilidad de la pareja paterna son el don y la ayuda más grandes que se puede ofrecer a los hijos. Los hijos no quieren ser amados por un padre y una madre que no se aman entre ellos. No quieren dos amores paralelos sino que necesitan, por así decirlo, un amor triangular en el que los padres están unidos en primer lugar entre ellos y se dedican, los dos juntos, a los hijos.

- ¿Más concretamente?

-Los hijos necesitan vivir con los dos progenitores. La ruptura de la relación de pareja entre los padres provoca con frecuencia en los hijos dramas psicológicos, problemas de rendimiento escolar, inadaptación social y dificultad en su maduración humana. Es necesario aprender a ver la familia con la perspectiva de los hijos. De ese modo se contemplaría la relación de pareja con mayor sentido de responsabilidad ética y social. Las autoridades, por su parte, deben proteger en la medida de lo posible el derecho de los hijos a tener un padre y una madre. Y a ser cuidados y educados por ellos antes que por cualquier otro.

Proteger la vida humana

- ¿Cuáles son los proyectos y líneas de trabajo del Pontificio Consejo para la Familia?

-Siguiendo las indicaciones del Santo Padre, el Pontificio Consejo para la Familia desarrolla un servicio pastoral para la promoción de la familia y la protección de la vida humana tanto en el terreno eclesial como en el civil. Para ese fin mantiene relaciones con los obispos y las conferencias episcopales, con las instituciones, los movimientos y las asociaciones; organiza seminarios de estudio y congresos, y participa en los que organizan otras entidades.

- ¿Y a corto plazo?

-En este momento, a medio camino entre el VI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Ciudad de México y el VII, que tendrá lugar en Milán en el 2012, se han puesto en marcha dos proyectos: «La familia sujeto de evangelización» y «La familia recurso para la sociedad». El primero, específicamente eclesial, se propone reunir y difundir experiencias pastorales más prometedoras y fructíferas. El segundo, de carácter sobre todo civil, intenta recoger y estudiar numerosos datos sociológicos significativos en varios países.

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