El actual Comité de Bioética, relegado por el que creará el Ministerio de Ciencia

Así, la primera de las cuatro partes de las que consta el borrador termina con la creación del Comité Español de Ética de la Investigación , «cuya función principal será la de emitir informes, propuestas y recomendaciones sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas de la investigación científica y técnica». Se trata, según el borrador, de un órgano colegiado e independiente, de carácter consultivo, adscrito al Consejo de Política Científica y Tecnológica (y por lo tanto al Ministerio de Ciencia e Innovación).

Comités especializados

La futura Ley prevé que dentro del mismo «podrán establecerse comités especializados para tratar asuntos que por su volumen o interés requieran una consideración sectorial como es el caso, por ejemplo, de la investigación biomédica».

Para que no quepan dudas sobre las funciones del nuevo organismo, una de las disposiciones transitorias de la ley está destinada específicamente a regular el funcionamiento del actual Comité Nacional de Bioética hasta que se ponga en marcha el Comité Español de Ética de la Investigación. En ese momento, el actual comité quedará integrado en el nuevo como uno de los varios comités especializados.

Reorganizar los OPI

Otra disposición adicional (la octava), autoriza expresamente al Gobierno «a realizar una reorganización de los actuales Organismos Públicos de Investigación a través de la creación de nuevas Agencias Estatales con el objetivo de mejorar su eficacia y coordinación» e, igualmente, implantar mecanismos de rendición de cuentas e incrementar la cooperación entre éstos y otros agentes del Sistema Español de Ciencia y Tecnología.

La reorganización resultante se configura «en torno los centros e institutos de investigación como estructuras operativas fundamentales para el desarrollo de la actividad investigadora y la prestación de servicios».

Está claro que, tras renunciar a la creación de un «super CSIC» , el Gobierno deja abierta para más adelante la reorganización del actual Consejo Superior de Investigaciones científicas y de los más de 130 Institutos de Investigación que lo integran en la actualidad. Una cuestión que, hoy por hoy, podría convertirse en una fuente interminable de conflictos que el Ministerio de Ciencia prefiere evitar en este momento.