El hotel de lujo al que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han escapado este puente

Como era de esperar, el enclave elegido no podía ser otro que uno de los favoritos de las celebrities y socialités de nuestro país, el Puente Romano Beach Resort , un hotel de 5 estrellas que no tiene nada que envidiar a los de otros destinos parasdisíacos como Maldivas o Zanzíbar.

El hotel está pensado tanto para familias como parejas que buscan vivir una experiencia inolvidable sin renunciar al lujo. De hecho, está planteado para que en su interior se pueda disfrutar de todas las comodidades sin necesidad de salir ya que cuenta con varias zonas recreativas, gimnasio, Spa, área de masajes, centro de belleza y múltiples zonas para realizar todo tipo de deportes que van desde el golf al tenis.

Tal y como explican en su web, Puente Romano Marbella fue construido en 1974 como uno de los más exclusivos complejos de apartamentos de la Milla de Oro de Marbella y tras varias gestiones con Mouaffak Al Midani, uno de los clientes más habituales de Marbella Club, finalmente fue adquirido por este y en 1979 abrió sus puertas bajo el concepto con el que se le conoce hoy día. Desde ese momento su popularidad ha traspasado fronteras y le ha hecho acoger a todo tipo de celebridades de todos los rincones del globo.

Destaca además su gran oferta gastronómica con restaurantes para todos los gustos. Desde el sofisticado Nobu a Bibo , del galardonado chef con 2 estrellas Michelín, Dani García. Cuenta además con un club y varios chiringuitos que también se han encumbrado como los más populares de la Costa del Sol.

También es muy famosa su área de bienestar, donde un amplio Spa con zona de vapor, Hamman y baño turco se hacen con todo el protagonismo y que se complementa con otras zonas destinadas a los masajes y a la belleza. Tampoco falta un gimnasio equipado con maquinaria de última generación Technogym que además ofrece los servicios de entrenadores personales para una perfecta puesta a punto.

Los precios de las suites hacen que no sean aptas para todos los bolsillos, pues oscilan entre los 540 euros/noche la más sencilla a los 1.680 euros de la villa más amplia. Aunque no se sabe con certeza cuál ha sido la elegida por la pareja, seguro que no habrán escatimado en gastos. Independientemente de su categoría, todas gozan de una decoración de estilo mediterráneo con aires minimalistas donde los materiales tropicales como la madera o el bambú se fusionan con otros más sofisticados como el mármol o los metales. Todo ello con una paleta de color en tonos neutros que, junto con los amplios ventanales, contribuyen a que todas las estancias se vean amplias y luminosas.

Sus jardines repletos de palmeras y jazmines también son muy acertados para lograr ese toque de confort que invita a relajarse y desconectar, dos actividades que seguro que tanto Tamara como Íñigo han sabido aprovechar estos días.