Por los cuellos y los puños reconocerás el tipo de camisa

Las tendencias y las propuestas de los diseñadores han hecho que las camisas evolucionen , se adapten al dictado de la pasarela, adopten colores atrevidos e incluso diseños arriesgados. Aun así, el blanco, signo de elegancia y, en otras épocas, de poder, sigue siendo el tono preferido para las camisas de vestir. Los cuellos y los puños también se han movido al ritmo de la moda, variando su tamaño, los tejidos empleados e incluso proponiendo que fuera de un color diferente al resto de la prenda. Porque, en realidad, las formas se mantienen.

Si uno consultara a un sastre sobre los tipos básicos de cuello de camisas masculinas le diría que, en realidad, solo hay cinco . Le diría que el italiano es considerado el más elegante de todos. Aunque los ingleses fueron pioneros en el arte camisero, este cuello del sur de Europa se ha convertido en el más versátil. Su apertura, amplia y estrecha, y sus puntas cortas, presentan una gran ventaja a la hora de jugar con los distintos tipos de nudo de corbata.

Continuará comentándole que el cutaway collar es solo una variación del anterior. Que se diferencian principalmente en que las puntas están ligeramente curvadas hacia el exterior y que, en ocasiones, llevan ballenas para facilitar este movimiento. Es uno de los estilos más modernos y arriesgados, que solo unos pocos se atreven a lucir.

Le explicaría que el inglés es el tradicional de las camisas de vestir. Su corte formal y discreto, con puntas alargadas y una distancia que variará entre ellas dependiendo de quién las confeccione, le confiere un aire de elegancia a la prenda. A la hora de utilizarlo con corbata es importante realizar un nudo acorde al tamaño de la separación entre las puntas.

Luego llega el turno del cuello mao . Inspirado en China, debe su nombre a Mao Zedong, dirigente de la República. En Europa se popularizó en el Londres de los años 60 y, rápidamente, se incluyó también en el armario femenino. Se caracteriza por ser ligeramente alto y estar formado por una tira recta cortada a contrahilo y abotonada en la parte delantera.

Por último, está el americano . Aunque piense que ya no pueden existir más tipos seguro que lo ha visto. Su principal diferencia es que los extremos de las palas están abotonados, imprimiendo a la camisa un aire mucho más informal y adecuado para el uso diario. Por eso mismo es mejor no utilizar corbata con este tipo de prendas.

Otra de las partes de las camisas que, pese a las modas, se ha mantenido estable, es el puño. Más o menos ancho, debe reposar siempre en el lugar exacto en el que se inicia la muñeca, y asomar al menos dos dedos cuando lleve la chaqueta puesta. Además de estas normas básicas de protocolo debe saber que, dependiendo del corte y de la colocación de los botones, el puño le aporta formalidad, o se la resta.

El puño sencillo , por ejemplo, es el más casual y el que se utiliza con mayor frecuencia en las camisas. Su corte puede ser redondo –típico en las camisas americanas–, recto –más utilizado en la sastrería inglesa– o sesgado –propio de la italiana. Por lo demás, no entraña ninguna complicación.

Quizá el más sofisticado es el francés . Su longitud suele ser el doble que la del sencillo y, la tela, está replegada sobre sí misma, creando una especie de puño doble. Es mucho más elegante y suele aconsejarse su uso con gemelos.

Pero a formalidad gana el sencillo sin botones . Es muy similar al primero, pero en lugar de botones, encontramos dos ojales, uno en cada extremo. Esto lo convierte en uno de los puños menos utilizados ya que los gemelos son obligatorios, y solemos verlo casi siempre acompañando a un frac.