Moda

La corbata hace al hombre

Desde la Revolución Francesa esta pieza de vestuario reafirma la personalidad y el espíritu varonil

Sean Connery

El trabajo de oficina y ciertos eventos exigen un dress code en el que no siempre es fácil desenvolverse con espontaneidad sin sentirse y verse disfrazado.

«Lo que vale el hombre, vale la corbata, a través de ella, se revela y se manifiesta el hombre»

Honoré Balzac había profetizado sin saberlo el fenómeno de masas por excelencia: La moda ... . Partiendo de su obra L´art de se mettre la cravette 1827, Balzac hace alusión a los que visten la corbata por instinto e inspiración y al resto, aquellos que no reconocen su esencia romántica y la llevan por exigencia social como también los que se saben poco creativos e imitan los nudos ajenos sin ninguna personalidad .

«La corbata es esencialmente romántica»
, Balzac

Durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) esta pieza de tela se deslindó de su significado original; para convertirse en un elemento clave de la moda de París durante el reinado de Luis XIII ; antes de que Versalles lo absorbiera y lo reinterpretara en las pecheras aristocráticas como la cravate - una evolución de á la croate, que se usaba para referirse a la manera en que la llevaban los mercenarios, procedentes de la zona balcánica en constante guerra con los turcos, que llegaban a Francia por reclutamiento del rey- la caballería croata portaban este pañuelo negro como símbolo de lealtad hacia los Habsburgo.

A finales del S.XVII , la corbata estaba integrada en la indumentaria del varón. Sin embargo aquellos románticos de los que hablaba Balzac le habían dado un sentido de pertenencia ideológica y social . Esta dualidad de credos dividió a Francia en dos colores desde el inicio hasta el cese de la Revolución Francesa (1789-1799): Blanco aquellos que simpatizaban con los preceptos del antiguo régimen y negra para los revolucionarios que buscaban la soberanía popular .

La corbata como seña distintiva ha extendido su uso hasta la actualidad, parte de los uniformes escolares, universitarios y en algunas empresas como un código que no solo comulga con el hombre sino también con la mujer.

La seguridad y la elegancia son dos valores innatos a ésta, sin embargo aquel que tenga que usarla con libre albedrío es probable que al llevarla por inercia caiga en una imagen de sí mismo aburrida y obsoleta, o en el peor de los casos ridícula. Para los nóveles en el arte de vestirlas conviene un brevísimo manual para guardarle a la corbata su merecido respeto.

Los grandes sastres de todos los tiempos han ido definiendo y facilitando su inclusión sin olvidar que cada hombre es único como su corbata llena de personalidad.

A la hora de elegirla han de tenerse en cuenta el traje y la camisa con los que va a ser usada para poder determinar el grosor de la pala ( normal, slim o skinny ) y el material con el que irá confeccionada; el tejido ideal es la seda natural porque permite su uso en cualquier temporada.

Referente al largo una vez anudada, la punta debe llegar a la cintura, sin sobrepasar el cinturón o quedarse a la altura del ombligo.

Los nudos también hablan por nosotros y junto con la corbata que hace al hombre, deben ser políticamente correctos con la ocasión mostrando siempre fidelidad a la imagen que queremos proyectar.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios