La boina se da la vuelta: así se lleva en el 2023

La boina nunca muere ni morirá. No en vano, el MoMa la escogió entre los 111 objetos de moda más importantes de todos los tiempos. Hombres ilustres en sus respectivas disciplinas profesionales con un gran carisma que se transmitía a su estilo la convirtieron en un básico de su armario: desde Picasso a David Bowie . Y personajes militares históricos hicieron lo propio: los más recordados, en Che Guevara y el general británico Montgomery, que popularizó la boina Kangol al estilo militar (de lado) durante la II Guerra Mundial.

Con el citado boom de los ‘Peaky Blinders’, se subieron al tren de la boina con mayor o menor acierto David Beckham y su hijo Brooklyn, Brad Pitt, Sergio Ramos, Jason Statham, Leonardo DiCaprio, Mario Casas, David Gandy o Benedict Cumberbatch , entre otras celebrities masculinas, pero desde la pandemia es innegable que su impacto en la estética masculina de moda apenas se puede percibir. Como decíamos, el gorro de pescador y la gorra beisbolera le han robado la cartera.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, hemos empezado a detectar constantes vitales de nuevo en el pulso de la boina. Eso sí, nada que ver con el estilo bohemio ni con la estética hipster. Este tipo de gorra, en su intento por recuperar el espacio perdido en el armario masculino , mira a la década que ha irrumpido con fuerza como nueva inspiración de los creadores: los dosmil.

Esto significa que se da la vuelta . En concreto, media vuelta, para que la visera apunte a la espalda. Exactamente cómo estás pensando si fuiste adolescente a comienzos de los dosmil: como aquella gorra Kangol que en su momento fue tu adquisición más preciada.

Puedes optar por un diseño de este tipo, o por una boina más plana, estilo pintor o afrancesada, pero la clave para lucirla sin parecer que te vistes en el 2018 es llevarla para atrás. Como la ha llevado Samuel L. Jackson toda su vida —¡hasta morada!—, como la llevó Jack Nicholson en la ceremonia de los Oscar allá por los años 70 —tú no eres Nicholson, así que no te la pongas en tu próxima boda—; y como la llevaba a finales de los 90 Michael Jordan.

En realidad, Jordan tampoco ha dejado de lado nunca la boina, pero nunca la llevó con tanto estilo como en esas imágenes que nos recordó la serie de Netflix ‘The last dance’. Especialmente en aquel viaje a París de los Chicago Bulls, su equipo, en el año 97. Quizá sería el influjo de la capital francesa lo que inspiró a la estrella del basket para sacarle el máximo partido a un accesorio tan parisino como la boina…

Si lo que buscas, en cambio, son señales actuales, porque tampoco se trata de viajar al siglo XX si estamos diciendo que no queremos vestir como en 2018, tranquilo, las hay. No son muchas porque todavía se trata de una microtendencia que asoma esta de la boina hacia atrás como en los dosmil, pero son muy potentes. Y es que hablamos de dos iconos de estilo masculino de nueva generación, veinteañeros, como el actor de ‘Euphoria’, Angus Cloud , y el jugador de FC Barcelona, Héctor Bellerín .

Los dos han recuperado la boina y le han dado una estética renovada . Y lo han hecho, además, en múltiples ocasiones a lo largo de los últimos meses. La han llevado con traje, pero también en clave más informal, con camiseta y vaqueros. La clave, como demuestran estos dos personajes que seguramente no se conozcan pero comparten buena parte de la esencia de sus respectivos estilos personales, es llevarla de tal forma que te dé igual lo que piensen los demás. Con naturalidad, pero también con un poquito de “chulería” bien entendida. Con seguridad, en definitiva, esa que te da saber que estás al día de las tendencias y que lo demuestras a través de decisiones valientes como esta de llevar la boina hacia atrás.

Solo tienes que ver, por ejemplo, en look de Cloud en el desfile de Ralph Lauren en The Huntington Museum and Gardens de Los Angeles el pasado otoño: con un traje de cuadros, botas chelsea y chaqueta biker. O el de Bellerín en una entrega de premios reciente: con jersey y corbata, un outfit de aire preppy que en realidad se aleja completamente del origen de este estilo propio del ambiente universitario norteamericano más elitista que tan de moda está en las últimas temporadas.