El Vaticano simplifica el rito de funeral para Benedicto XVI
Este miércoles por la noche se celebra un antiguo ritual a puerta cerrada, con los restos del Papa ya en un ataúd
El Vaticano
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Iniciar sesiónEste miércoles por la tarde, cuando el reloj de la plaza de San Pedro marque las siete y se cierren las puertas de la basílica de San Pedro para los peregrinos, un puñado de colaboradores de Benedicto XVI se quedarán dentro para uno de ... los ritos más antiguos de la tradición papal. Lo explicó este martes el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, que adelantó cómo será el primer funeral de un pontífice celebrado por otro pontífice.
Esta noche, los restos del Papa emérito serán trasladados a un ataúd de ciprés. A continuación, antes de cerrarlo, su secretario Georg Gänswein lo mirará por última vez y cubrirá su rostro con un velo de seda. También, dejarán dentro un pergamino con un breve texto sobre la vida y obras más importantes de Benedicto, junto a un saco de tela con las monedas y medallas acuñadas durante sus ocho años de pontificado. Además, acogerá los palios que Ratzinger usó a lo largo de su vida, como arzobispo de Munich y como obispo de Roma. Se trata de la cinta de tela que simboliza la misión del obispo.
«Cubriremos su rostro con respeto y veneración, con la ferviente esperanza de que pueda contemplar el rostro de Dios Padre, junto con la Santísima Virgen María y todos los Santos», dirá probablemente el cardenal Mauro Gambetti, quien como arzobispo de la basílica guiará el ritual. Luego, pedirá a Dios «que su rostro, que ha escrutado tus caminos para mostrárselos a la Iglesia, vea ahora tu rostro paternal».
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El jueves, a las 8.50 de la mañana, se abrirán de nuevo las puertas de la basílica para que diez «sediarios vaticanos» -los encargados de llevar la silla gestatoria de los pontífices, y que ahora guían las ceremonias protocolarias en el Palacio Apostólico- lleven a hombros el ataúd a la plaza de San Pedro. Uno de los maestros de ceremonias pondrá encima un ejemplar de los Evangelios, que evoca el ideal de vida que ha guiado al difunto Papa.
Francisco entrará en la plaza a las 9.30 para presidir la ceremonia. «A grandes rasgos, la celebración litúrgica seguirá el modelo de las exequias referidas al sumo pontífice, pero incluye algunos elementos originales y elimina otros», aclaró Bruni.
Cambio en las lecturas
Basándose en la voluntad de Benedicto XVI de que fuera una ceremonia sencilla y sobria, el Vaticano ha eliminado la oración final del cardenal vicario de Roma en nombre de la Ciudad Eterna, y la oración e incensación de sus restos por parte de los representantes de las Iglesias católicas orientales, como la greco-católica de Ucrania, la caldea de Irak, o la maronita del Líbano. Según el portavoz del Vaticano, lo han hecho porque se trata de oraciones «referidas al fallecimiento de un Papa en activo».
También se han sustituido las lecturas previstas en el funeral de un pontífice por otras más acordes a un Papa emérito. Por ejemplo, mientras que en el de Juan Pablo II se leyó el episodio del Evangelio que evoca la misión de Pedro, en el de Benedicto XVI se leerá la muerte de Jesús. «Las demás oraciones y menciones se han reelaborado en función de la situación actual», ha añadido el portavoz.
Después de la misa, en torno a las 11.15 de la mañana, los restos serán trasladados a las grutas vaticanas para el rito de sepultura, que se hará estrictamente en privado. Primero, se pondrá una cinta alrededor del ataúd de ciprés, que será sellada con lacre de la Cámara Apostólica, la Casa Pontificia y la Oficina de las ceremonias litúrgicas. Luego este ataúd se introducirá en otro más grande de zinc, de 4 milímetros de espesor, que a su vez será introducido en otro de madera de roble, que es el que se verá desde fuera.
En silencio, lo introducirán en una tumba a la altura del suelo, la misma que utilizaron Juan Pablo II y Juan XXIII antes de que sus restos fueran trasladados a la basílica, sobre la que pondrán una lápida de mármol blanco pulido. Allí, a pocos metros de los restos de san Pedro, Benedicto XVI descansará en paz.
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