Tétanos, hepatitis A o enfermedades tropicales: los riesgos para la salud pública que deja la DANA en Valencia

En los centros de salud de la zona de momento se atienden sobre todo heridas infectadas y fracturas por caídas

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Reparto de agua embotallada en Paiporta EFE

En las consultas de Atención Primaria de la zona de Valencia afectada por la DANA y sus alrededores ya se están empezando a ver las consecuencias que la catástrofe está teniendo en la salud. «Lo que más estamos viendo en este primer momento son ... heridas infectadas y fracturas producidas por caídas y también están viniendo algunos pacientes asmáticos o con EPOC por la humedad que hay», explica Inmaculada Cervera, presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) de la Comunidad Valenciana y médico de familia en un centro de salud de la zona.

De esas heridas infectadas surge el riesgo de tétanos sobre el que ha alertado este lunes el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que ha pedido a los voluntarios y afectados que trabajan en las tareas de limpieza de las localidades afectadas que se vacunen si sufren alguna herida. «Se habla de epidemia de tétanos, pero en este caso creo que lo más adecuado es hablar de que evidentemente pueden aparecer brotes de casos de tétanos, no es una enfermedad que se difunda como el Covid-19 o la gripe», matiza Fernando Moraga-Llop, pediatra y vocal sénior y portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV). Pero dada la situación, apunta, sí puede darse un aumento de casos al producirse heridas y lo primero que se debe hacer es acudir al centro más próximo donde se pueda limpiar bien la herida.

Sobre la vacunación, Moraga-Llop asegura que «no hay que alarmarse» porque la población tiene altas tasas de vacunación antitetánica. En principio, si se está al día en el calendario vacunal, durante la infancia se han recibido cinco dosis de esta inyección. «Luego, las personas mayores, la mayoría por motivos laborales o de viajes o por otras causas se han ido revacunando cada 10 años», explica, por lo que la inmunización sería necesaria en caso de una herida que así lo requiera en las personas que no han recibido antes la vacuna o que no han completado esas pautas. «Si hay alguna duda, yo siempre sería partidario de vacunar», puntualiza, pero no de forma masiva a toda la población de la zona. Y eso es lo que están haciendo en los centros de salud, apunta Inmaculada Cervera. «Los jóvenes que están viniendo están la mayoría vacunados correctamente. Pero si tenemos dudas o no se puede acceder al registro vacunal en ese momento, se les pone una de recuerdo», confirma esta facultativa.

Tampoco Joan Caylà, epidemiólogo y exjefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, cree que tenga sentido llevar a cabo una vacunación masiva contra el tétanos, pero sí consultar con el personal sanitario en caso de que se produzcan heridas, así como curarlas bien. Considera que en estos momentos hay que prestar atención a las enfermedades derivadas del agua contaminada, como la hepatitis A, leptospirosis o la salmonelosis. Para evitarlas, dice, hay que beber agua «de garantía», es decir, embotellada o agua potable que se constante que se puede consumir, pero también cuidar que los alimentos que se consumen no estén contaminados.

«Hay un riesgo de todas las enfermedades de transmisión hídrica», apunta por su parte María Dolores Bargues, catedrática de Parasitología de la Universidad de Valencia, que señala el peligro de que aparezcan amebas que causan disentería o de otros parásitos que provocan trastornos gastrointestinales severos. «También hay riesgo de otros parásitos que se llaman amebas de vida libre, que son unos seres que normalmente están en el medio ambiente (agua, barro, tierra) pero que si acceden al humano pueden causar enfermedades como meningoencefalitis y además pueden afectar a los ojos, a la piel y al cerebro», expone. Para evitarlo, afirma esta experta, hay que evitar el consumo de agua contaminada, pero también recomienda que las personas que participan en las tareas de limpieza y por tanto están en contacto con el barro y con los escombros utilicen gafas herméticas para impedir salpicaduras en los ojos y se desinfecten las manos con frecuencia.

Salmonela o listeria

En los centros de salud de la zona afectada, añade Inmaculada Cervera, aún no están viendo virus intestinales, pero hay preocupación de que en breve comiencen a llegar casos de salmonela o listeria, entre otras, por esa contaminación de agua y alimentos. Esta médico de familia también cree que en cuestión de días comenzarán a llegar personas con enfermedades cardiovasculares por abandono del tratamiento, diabéticos con descompensaciones por pérdida o alteraciones en la medicación o, a medio plazo, personas con problemas de salud mental.

Los expertos también alertan de la posibilidad de que aparezcan enfermedades transmitidas por vectores, concretamente por mosquitos, como el dengue o el virus del Nilo. «Todavía hay muchas zonas encharcadas, que son caldo de cultivo para la proliferación de los mosquitos», advierte Bargues.

Recomendaciones de higiene y consumo

Beber agua embotellada

El Ministerio de Sanidad y los expertos insisten en la necesidad de asegurarse que el agua es apta para el consumo siguiendo las indicaciones locales y en caso de dudas tomarla embotellada.

Cuidado con la comida

Hay que tener cuidado también con los alimentos. No se deben consumir si han estado en contacto con el agua de la inundación ni si no pueden limpiarse y secarse en 48 horas.

Manga larga y gafas

Es importante usar durante las tareas de limpieza ropa de manga larga, pantalón largo, mascarillas, protectores oculares y guantes y desinfectarse las manos con frecuencia.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, creó este sábado cinco grupos de respuesta para afrontar la gestión de la tragedia, entre ellos uno de Sanidad. A este se ha incorporado el Ministerio de Sanidad, que ha movilizado al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y al Instituto de Salud Carlos III en previsión de los problemas de salud públicas que puedan aparecer. Entre otras cosas, se trabaja en la detección precoz de las enfermedades, especialmente infecciosas, en el control de la calidad del agua o en la evaluación de vacunaciones específicas frente a enfermedades inmunoprevenibles.

Por su parte, el Ministerio de Sanidad ha reiterado este lunes de que no hay evidencia científica que sostenga que, en caso de que hubiera contaminación de aguas por cadáveres o humanos suponga un riesgo importante de enfermedades epidémicas como cólera o tifus. La mayoría de microorganismos, apunta el departamento de Mónica García, no sobreviven mucho tiempo en el cuerpo humano tras la muerte y en caso de que surjan infecciones es más probable que provengan de los supervivientes.

«Estos primeros días o semanas los síntomas más frecuentes que pueden aparecer son aquellos de carácter gastrointestinal, que pueden producirse por la contaminación de las aguas», ha apuntado el director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, en un vídeo enviado a los medios de comunicación, en el que también advierte sobre la aparición de mosquitos debido a las aguas estancadas. «Vamos a trabajar para anticiparnos a su aparición y detectarlos precozmente», ha dicho.

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