PP y PSOE quieren encajar en la ley de Trata sus propuestas antiprostitución

Los caminos abolicionistas (partidarios de abolir la prostitución) que prometen las dos principales formaciones del Congreso volverán a cruzarse entonces, aunque en ese recorrido han mantenido sus más y sus menos. De hecho, en junio de 2022, el PSOE desgajó de la 'ley del sí es sí' una propuesta independiente contra el proxenetismo (lucrarse del servicio sexual ejercido por otros) y el PP y Unidas Podemos votaron a favor. El pasado martes 21 de mayo las diferencias del PSOE con todos los partidos de la Cámara por el cuándo y el cómo se presentaba una propuesta casi idéntica a aquella se hicieron, no obstante, irreconciliables. La iniciativa murió y con ella probablemente las opciones de que haya un debate sosegado en la Cámara sobre este asunto a corto plazo. La pregunta, pues, lógica es: ¿y ahora qué pasa con la prostitución, va a seguir en terreno alegal?

Por tiempos, la respuesta que dan quienes conocen al dedillo los mecanismos parlamentarios es que sí. No pasan menos de tres años normalmente entre el registro de un proyecto de ley y su luz verde. Todo lleva a pensar que no se verá en esta legislatura.

Antes de hacer futuribles, lo que sí defendieron hace unos días en la tribuna las portavoces de Igualdad de PSOE y Génova –Andrea Fernández y Ana Alós– fueron posturas en esencia iguales aunque opuestas en el sentido del voto. Para la vicesecretaria Alós, el texto era «insuficiente» y requería mayor «consenso». Ambas coinciden en sus respuestas sobre cuál es el siguiente paso a dar en un país que ha llevado a la Cámara cinco iniciativas similares y todas han quedado en papel mojado. La ley de Trata.

El Ministerio de Igualdad, interpelado por la misma cuestión, deja que sea el Grupo Parlamentario el que proponga la hoja de ruta aunque la ministra Ana Redondo se mostró en sintonía de seguir dando la batalla. Redondo ya dijo en los pasillos del Congreso momentos después de que su grupo cosechase un amargo resultado «lo vamos a seguir intentando». A lo que añadió: «Las socialistas somos las únicas que defendemos acabar con situaciones tan indignas y horribles» como las que atraviesan las prostitutas. Al día siguiente abundó: «A veces hay que quedarse solo en la defensa de la dignidad de las mujeres y de sus derechos. Y está claro lo que pasó ayer, estuvimos solas, pero eso no nos quita fuerza ni legitimidad». «Hoy perdemos (por el PSOE) para ganar mañana», dijo esa noche Fernández en una entrevista radiofónica, augurando que habrá sexta propuesta de ley.

«La causa lo merece. La lectura que hacemos de la derrota es agria, pero hay que preguntar a quien cambió el sentido de su voto», dice a ABC Fernández. La diputada no alberga dudas de que no existe la prostitución decidida o libre, salvo casos muy puntuales.

Pero no existe una fotografía certera. España carece de datos claros del fenómeno de la trata con fines de explotación sexual, el proxenetismo y la prostitución, que no son exactamente lo mismo. El PSOE quería con su propuesta penalizar el consumo de servicios sexuales, criminalizar la disposición de locales y pisos para ejercerla, al considerarlas «formas de proxenetismo». En sede parlamentaria, el PP reclamó esos datos y defendió que hay que abordar el asunto con serenidad en el seno de la subcomisión del Pacto de Estado por la Violencia de Género porque «la prostitución es violencia machista».

Alós anunció que los populares tienen un texto alternativo en el que defienden pronunciamientos abolicionistas. Los incluirá en su propuesta de una ley que condene la explotación sexual de las mujeres. Algunos deducen de ello que la persecución a los clientes no estará en esa proposición, aunque los populares –que amagaron con llevar de inmediato su texto al Registro del Parlamento– no han querido concretar y la han retrasado hasta después de las elecciones europeas del 9 de junio.

Para los que no habrá cambios de postura será para los diputados de Sumar. Enfadados por que se aireasen las disputas internas que mantenían respecto a este tema (hay corrientes, como los Comunes, Más Madrid y Compromís, que quieren regular la prostitución como una ocupación laboral más; frente a otras como Izquierda Unida, que no), sus diputados se opondrán a cualquier texto en este sentido. Votaron desunidos de sus socios de gobierno por primera vez en la legislatura y la postura de consenso que han fijado no se torcerá, aseguran. Para Sumar, el proyecto del PSOE precariza, abandona, condena a la clandestinidad y se hace «de espaldas» a las propias mujeres que la ejercen, en palabras de la diputada Gala Pin. Para Fernández, en contraposición, «no hay escenario de vulnerabilidad mayor al que ya están viviendo» esas meretrices. Para su partido, «es incompatible ser feminista y no querer una solución de dignidad para estas mujeres», por lo que esa solución es acentuar una política criminal que acorrale el fenómeno.

Se podría aventurar ya, vistas las posiciones marcadas que existen en los grupos, que una iniciativa similar nacería condenada al fracaso.