Reino Unido recurrirá a las fuerzas armadas para hacer frente a las huelgas del sector sanitario

Este anuncio llegó después de que el martes por la noche Unison, el sindicato que representa a cientos de miles de trabajadores de la sanidad, incluido el personal de ambulancias, porteadores, limpiadores y paramédicos, informara de que 80.000 de sus miembros apoyan los paros. Si se le suman las cerca de 100.000 enfermeras que según el Real Colegio de Enfermería (RCN) dejarán de trabajar durante las jornadas de huelga de diciembre, en total serán 200.000 personas aproximadamente las que lucharan con esta acción por un aumento salarial que esté en línea con la inflación.

«La decisión de tomar medidas y perder el salario de un día siempre es una decisión difícil» y «es especialmente desafiante para aquellos cuyos trabajos implican cuidar y salvar vidas», apuntó Christina McAnea, secretaria general de Unison, quien añadió que «miles de empleados de ambulancias y sus colegas del NHS (el sistema nacional de salud) saben que los retrasos no disminuirán, ni los tiempos de espera se reducirán, hasta que el Gobierno actúe sobre los salarios».

Las huelgas amenazan con empeorar una lista de espera que supera los siete millones de personas, provocar la cancelación de miles de cirugías y poner en riesgo servicios esenciales, como la quimioterapia para los pacientes de cáncer. Pero de momento en el sector no ven otra opción, dado que la mesa de negociaciones solo está abierta en Escocia.

Ante este panorama, los servicios de salud y el ministerio de Defensa están evaluando las medidas que pueden tomar para que el personal de las fuerzas armadas pueda hacer frente a las huelgas, ya sea conduciendo ambulancias o trabajando en primera línea en los hospitales. Según recoge el diario The Times, los funcionarios están elaborando ya planes de contingencia para que el gobierno invoque el protocolo de ayuda militar a las autoridades civiles, para mantener el sistema de salud en funcionamiento si las huelgas acaban por provocar una parálisis general, sobre todo en un mes especialmente sensible para la atención hospitalaria.

Las regulaciones indican que «se puede llamar al ejército solo cuando una autoridad civil carece de la capacidad para cumplir con la tarea», tal y como sucedió durante los peores meses de la pandemia de Covid-19 y en la huelga de choferes de ambulancia del 89, cuando el ejército, la marina y la fuerza aérea transportaron a las pacientes que requerían atención médica.

También los fisioterapeutas y las matronas están estudiando si se suman a los paros, y los médicos votarán al respecto a inicios del próximo año.