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consecuencias de la crisis

La precariedad laboral ata a los jóvenes en casa

Siete de cada diez veinteañeros viven con sus padres, lo que retrasa la formación de la pareja y el nacimiento del primer hijo

DANIEL ROLDÁN

La crisis ha dado la puntilla a la situación de millones de jóvenes. La caída de la actividad económica ha provocado que los veinteañeros y los primeros treintañeros ya ni se plantean salir de casa de sus padres. Antes, en la época de bonanza, era ... una opción que muy pocos ejercían: solo el 44,8% en 2007. «No se iban de casa por varios motivos. Uno de ellos era el cultural, el de irse de casa con la casa y la pareja. Y otro es el mercado laboral», explica Almudena Morena, profesora de Sociología de la Universidad de Valladolid. Ahora la opción de irse es una quimera. «Los jóvenes, hace cinco o siete años cuando no había crisis, ya sufrían una especie de crisis. Ellos copaban los puestos de trabajo más precarios y los empleos temporales. Por eso entonces tampoco se podían marchar. Lo que ha hecho la crisis es demostrar esta situación: que antes, y menos ahora, podían dejar la casa de sus padres», apunta Antonio López, catedrático de Trabajo Social y Servicios Sociales de la UNED. Los dos profesores han realizado ‘La transición de los jóvenes a la vida adulta. Crisis económica y emancipación tardía’, patrocinado por la Fundación La Caixa.

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