De la playa al coche privado: las prohibiciones al tabaco que Sanidad tiene «en el cajón»

Las terrazas de los locales de hostelería -tanto las que tienen parte cubierta como las que están al aire libre por completo- estarán incluidas en este plan, de manera que encenderse un cigarro en alguna de ellas, algo que a día de hoy es bastante común, pasará a estar prohibido. Aún no se sabe si el plan contemplará también la prohibición de fumar en otros espacios como los coches privados o las playas. La intención del ministerio es «ver cada uno de los supuestos» y decidir sobre esa ampliación de espacios libres de humo, pero todo indica que en lugares como el coche o la playa los cigarrillos pasarán a estar vetados, pues así se contemplaba en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, que no llegó a ver la luz y lleva ya 3 años en el cajón del ministerio.

Pero el departamento de García es consciente de que al tabaco convencional lo han desplazado en gran medida los nuevos dispositivos llamados liberadores de nicotina, es decir, los cigarrillos electrónicos y vapeadores o 'vaper'. Por ello, y sabiendo que tienen un fuerte impacto entre los más jóvenes, Sanidad quiere incluirlos en la regulación del tabaco. Sitúa especialmente en el punto de mira a los vapeadores desechables, pues el ministerio insiste en que el impacto negativo que tienen se da por partida doble: en la salud de quienes lo consumen y en el medio ambiente. Por ello, busca «limitar y regular» estos nuevos dispositivos y conseguir así que las generaciones futuras vengan «libres de tabaco».

En cualquier caso, García y su equipo, con el recién nombrado Javier Padilla como secretario de Estado de Sanidad, quieren retomar ya una normativa que ni Salvador Illa, Carolina Darias ni José Miñones llegaron a sacar adelante. «De momento no han contactado con nosotros, pero llevan muy poco tiempo y aún se están asentando. Las cosas de palacio van despacio pero tenemos grandes esperanzas en esta nueva ministra, que espero que no nos defraude», explica a ABC Raquel Fernández Megina, presidenta de la plataforma Nofumadores.org, participante, junto a más de 70 sociedades científicas, del plan antitabaco.

El plan elaborado por estas plataformas y sociedades incluye la ampliación de espacios sin humo, es decir, en los que no se permita fumar, además de a terrazas de hostelería, a playas, piscinas de uso colectivo, paradas de transporte o incluso a lugares en los que se formen colas de gente. «En realidad en cualquier lugar donde pueda haber aglomeración de gente», insiste la presidenta de Nofumadores.org.

Hay otro espacio donde esta plataforma cree imprescindible la prohibición de fumar y, de hecho, asegura, es el principal motivo por el que reciben quejas de no fumadores: el domicilio, pues el humo llega en muchas ocasiones hasta las casas de los vecinos. «Sabemos que es muy difícil, pero hay un problema muy grande y es prácticamente invisible, pero de alguna manera se tiene que empezar a plantear una regulación. Que cada uno fume en su casa hasta que no perjudique al vecino de al lado», sentencia.

La plataforma reclama también prohibir la venta de todos los cigarrillos electrónicos, especialmente de los de un único uso por sus implicaciones en cuanto al medio ambiente, así como restringir los puntos de venta de los mismos y eliminar los sabores, entre otras cosas.

Fernández Megina confía en que la predisposición de este ministerio sea mayor que las de sus antecesores. En 2020, tras ser convocados por Salvador Illa para tratar el asunto, llegó la pandemia de Covid-19 y con ella la paralización de todo aquello que no implicara hacer frente al virus. Más tarde Illa abandonó el ministerio para presentarse a las elecciones autonómicas de Cataluña y fue sustituido por Carolina Darias. «Darias se pasó 2 años y medio toreándonos, esa es la palabra», lamenta la presidenta de Nofumadores.org, que explica que desde Sanidad se les metió mucha prisa en diciembre de 2021 para elaborar el Plan Integral de Tabaquismo, «y después de eso nunca más se supo». Y tras Darias llegó Miñones, aunque apenas estuvo ocho meses -cuatro de ellos en funciones- al frente del ministerio. «Ha tenido poco tiempo, pero podría haber hecho más de lo que ha hecho», denuncia.