El Papa recuerda que hace falta un permiso del Vaticano para celebrar la misa según el rito antiguo

En algunos sectores tradicionalistas, no todos, la demanda de reintroducir la misa tridentina va unida a la protesta contra otros cambios que supuso el Concilio Vaticano II, como la libertad religiosa, el ecumenismo o la corresponsabilidad de los laicos. El Papa Francisco percibió en muchos de ellos una deriva cismática y decidió cortarla de raíz, suprimiéndola de nuevo. Según el secretario de Benedicto XVI, el Papa emérito sintió mucho esta decisión.

La liturgia de la misa tridentina se compuso hacia el año 1570, después del Concilio de Trento. Fue sustituida con el rito actual en 1969, tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI puso restricciones a la celebración de la misa tridentina, que sólo podía celebrarse con una dispensa especial. Desde entonces, se empezó a celebrar la misa en lenguas locales y con la mayoría de las oraciones en voz alta.

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En 2007, Benedicto XVI eliminó las restricciones, como gesto con los tradicionalistas y para subrayar que el Concilio Vaticano II no había roto con el pasado. La idea era que se celebrara libremente, como «forma extraordinaria del rito romano».

En 2021 el Papa Francisco introdujo de nuevo esas restricciones, pues algunas conferencias episcopales le habían señalado que la celebración de ese rito de la misa no contribuía a la unidad dentro de las diócesis. A partir de entonces, el obispo necesita un permiso de la Santa Sede para ceder una iglesia parroquial a grupos que celebren con el rito preconciliar, o para permitir que celebren esa misa sacerdotes que se hayan ordenado después de julio de 2021.

La redacción de la norma con la que estableció el cambio, el motu proprio «Traditionis custodes», no dejaba claro si el obispo debía en todos los casos informar a la Santa Sede. Fue necesaria una primera aclaración en diciembre de 2021. El hecho de que de nuevo este martes el Papa lo haya recordado a través de un «rescripto», documento normativo que refleja la respuesta a una cuestión que le ha sido expuesto, es señal de que algunos obispos están concediendo la autorización sin consultar antes al Vaticano.

Ahora elimina cualquier posibilidad de equívoco. «Se trata de dispensas reservadas a la Sede Apostólica», subraya el documento. «Si un obispo diocesano ha concedido dispensas en los dos casos mencionados, está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que evaluará cada caso», añade.

Según el portal especializado «Latin Mass Directory», en España se celebra en 39 iglesias -una de ellas un convento cerca del Valle de los Caídos, en el Cerro de los Ángeles-. Aparentemente, a diferencia de otros países como EE.UU. o Francia, no son comunidades ligadas a grupos opositores al Papa Francisco.