El Papa pide desde Luxemburgo «negociaciones honestas que permitan construir seguridad y paz para todos»
Sin mencionar a Rusia y Ucrania, solicita disponibilidad para «encontrar compromisos honorables que no socaven nada»
Comienza en Luxemburgo un viaje de cuatro días al corazón de Europa. «La riqueza es una responsabilidad»
El Papa viaja a Bélgica y Luxemburgo para espolear a Europa ante la guerra y la crisis migratoria

El Papa Francisco ha aterrizado esta mañana en Luxemburgo, la primera etapa de su viaje de cuatro días al corazón de Europa, una gira que le llevará esta tarde a Bruselas. En su primer gran discurso ha recordado «las ventajas de la paz en contraste con los horrores de la guerra» en el Viejo Continente, ha invitado a que haya «negociaciones honestas para resolver desacuerdos», ha recordado que «la riqueza es una responsabilidad» y ha mencionado el éxito de las políticas de este país para integrar a emigrantes.
Sin mencionar explícitamente la invasión de Ucrania pero hablando de Europa, ha dicho que «es urgente que quienes están investidos de autoridad se comprometan, con constancia y paciencia, en llevar adelante negociaciones honestas con vistas a resolver los desacuerdos, con ánimo dispuesto a encontrar compromisos honorables que no socaven nada y que puedan, en cambio, construir seguridad y paz para todos». También ha evocado «los beneficios de la cooperación entre las naciones frente a las nefastas consecuencias del endurecimiento de posiciones y la búsqueda egoísta y miope, o incluso violenta, de los propios intereses».
El gran duque Enrique de Luxemburgo y su esposa, la cubana Maria Teresa Mestre y Batista lo han acompañado desde que aterrizó a las 10 de la mañana. Con ellos ha visitado el Palacio Granducal en el centro de la antigua ciudad y el centro de congresos en el que se ha dirigido a la clase política y representantes de la sociedad civil.
«No visita solo la capital de Luxemburgo, sino una de las tres capitales de la UE», le ha recordado Luc Frieden en su saludo oficial. «La UE es un proyecto de paz», ha subrayado Frieden. La expresión cobra especial fuerza en este país, que fue invadido tanto en la primera como en la segunda guerra mundial.
«La guerra es siempre una derrota»
En su respuesta, Francisco ha recordado que esos dos trágicos conflictos fueron «guerras provocadas por nacionalismos exasperados e ideologías perniciosas», en los que «prevaleció la lógica del enfrentamiento y de la contraposición violenta».
«Por desgracia, hay que constatar el resurgimiento, incluso en el continente europeo, de desavenencias y enemistades que, en lugar de resolverse sobre la base de la buena voluntad mutua, la negociación y la labor diplomática, desembocan en hostilidades abiertas, con su secuela de destrucción y muerte», ha continuado el Papa, evocando la invasión de Ucrania. Luego ha alertado del «inmenso coste humano» de la guerra, de las «inútiles masacres».
«La guerra es siempre una derrota. La paz, de la que Luxemburgo tiene tanta historia, es necesaria», ha añadido. Para construir la paz, ha sugerido que «la vida cotidiana de los pueblos y de sus gobernantes esté animada por elevados y profundos valores espirituales, que impidan el extravío de la razón y la vuelta irresponsable a cometer los mismos errores del pasado, agravados además por el mayor poder técnico del que ahora dispone el ser humano». «Es muy triste que hoy, en un país de Europa, las inversiones que le dan mayor beneficio sean fabricar de las armas», ha dicho saliéndose del texto preparado, en referencia probablemente a Italia.
«La riqueza es una responsabilidad»
Consciente de que Luxemburgo es uno de los países con más alto nivel de desarrollo, ha dicho que «la riqueza es una responsabilidad». «Por esa razón, pido una atención constante para no descuidar a las naciones más desfavorecidas, es más, para que se les ayude a salir de sus condiciones de empobrecimiento», ha asegurado. Ha recordado que «esta ayuda es una manera adecuada para conseguir que disminuya el número de los que se ven obligados a emigrar, a menudo en condiciones inhumanas y peligrosas».
En la sala estaba también Nadia Calviño, que preside el Banco Europeo de Inversiones, con sede en esta ciudad, y que ha saludado unos instantes al Papa. A pesar de la lluvia, por las calles se veía a miles de personas que le esperaban para verle en el papamóvil. Francisco, visiblemente contento, no parecía preocuparse por no llevar paraguas y les ha saludado divertido.
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