El País Vasco se plantea colocar detectores de metales en las discotecas ante la alarmante proliferación de armas blancas
La iniciativa está sobre la mesa del Gobierno después de que solo en el mes de enero la Ertzaintza haya incautado 100 navajas
Bilbao
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Iniciar sesiónDesde los tiempos de la «guerra al navajero» del que fuera alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, a principios de los 2000, no se vivía en el País Vasco una preocupación similar por la proliferación de objetos punzantes en la calle. Según los datos del ... Gobierno autonómico, el año pasado cada día se denunciaron en la comunidad autónoma dos delitos relacionados con armas blancas. La mayoría de estos incidentes ocurrieron de noche, en fin de semana, en la vía pública y, en muchos casos, cerca de locales de ocio nocturno. El 25 de diciembre un joven de 24 años falleció en San Sebastián de un corte en el cuello tras una reyerta que comenzó en una discoteca y el pasado fin de semana un apuñalamiento cuádruple en otra sala de fiestas de Vitoria dejó cuatro personas heridas. Para tratar de atajar la situación, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que locales de ocio nocturno instalen detectores de metales en los accesos.
El primero en plantear la medida fue el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran. Destacaba que lo ocurrido en la capital alavesa está lejos de ser «un caso aislado». Así lo confirman los últimos datos hechos públicos por el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco. El año pasado se registraron 650 delitos de arma blanca. 350 correspondieron a robos con violencia y otros 150 a delitos de lesiones. Además, se registraron 1.070 denuncias por portar navajas en la vía pública.
Este inicio de 2023 no está siendo mucho más alentador. Solo en enero la Ertzaintza ya ha denunciado a 100 personas por llevar armas blancas por la calle. Ante estos datos, el propio Gobierno vasco ha recogido el guante lanzado por el primer edil vitoriano y esta semana ha reconocido que está analizando «seriamente» la posibilidad de «implantar de detectores de metales» en algunos locales de ocio nocturno.
Se trata de una medida que, a priori, no ve con malos ojos el sector del ocio nocturno vasco. Luis Ángel Rodríguez, propietario de la discoteca Moma, una de las más conocidas de Bilbao, incluso se ha adelantado a cualquier posible legislación. «Seguramente la semana que viene ya tendremos detectores de metales», asegura a ABC. De hecho, en su local ya están notando la proliferación de objetos punzantes y han detectado más de una «navaja o navajita» en los últimos tiempos. Por eso cree que utilizar estos dispositivos ayudará a aportar «sensación de seguridad» a los clientes.
Los hosteleros consultados creen que poner un sistema de arcos de seguridad, como el que se utiliza en los aeropuertos, no tendría demasiado sentido en una discoteca. «Pitaría por cualquier cosa y las colas de acceso serían eternas», opina Rodríguez. Es por ello que, en su caso, se ha decantado por detectores manuales, una especie de paleta que se pasa en zonas susceptibles de esconder armas prohibidas. Cree, además, que estos dispositivos tendrán un efecto «disuasorio» y, así, quienes lleven objetos punzantes no intentarán acceder para no verse descubiertos. «Se aleja a la gente problemática», opina.
Desde la Asociación de Hosteleros de Vizcaya se muestran dispuestos a colaborar con el Gobierno vasco «en tanto en cuanto se trate de implantar medidas para que el ocio sea más seguro». Sin embargo, su portavoz, Héctor Sánchez, pide que cualquier norma cuente con la necesaria «seguridad jurídica». Y es que, una de las dudas que surge al colectivo es hasta qué punto podría estar legitimado un portero de discoteca para realizar un cacheo. Hay que tener en cuenta que el personal de seguridad de estos locales no tiene la misma autoridad que un policía, de tal manera que, aunque pueden denegar la entrada a un cliente conflictivo, no está claro que puedan decomisar objetos.
Legislar en caliente
A nivel autonómico y a nivel estatal, los hosteleros insisten además, en que las reyertas con armas blancas son un problema que habitualmente se dan en la vía pública. «Lo de Vitoria es una excepción», lamentan. Por lo tanto, ante esas peleas las competencias de seguridad recaen en las fuerzas y cuerpos de seguridad.
«Es un problema que en su génesis nada tiene que ver con el ocio nocturno», insiste Vicente Pizcueta, portavoz de la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos, España de Noche. Por ello, pide no «estigmatizar» al sector y alerta de los riesgos de «legislar en caliente» que, en su opinión, no servirá para atajar el problema. De hecho se trata de una medida que ya se planteó el ocio nocturno madrileño hace un año para atajar la proliferación de peleas entre bandas juveniles.
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Sin embargo, la idea terminó por desecharse porque concluyeron que lejos de solucionar el problema podrían incrementar la sensación de inseguridad y fomentar la «cultura del miedo». Pizcueta señala que, en su lugar, se optó por implantar una estrategia de colaboración público-privada que sí se ha demostrado «eficaz» para atajar el problema de las bandas juveniles en la capital.
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