¿Qué es el metano y qué efecto tiene sobre el cambio climático?

¿De dónde sale?

Las emisiones de metano tienen muchas fuentes posibles, por lo que es tan difícil cuantificar la contribución de cada tipo de fuente. Por ejemplo, derivan del uso de combustibles fósiles, en especial a través de las 'emisiones fugitivas' asociadas a la extracción del gas, transporte y uso.

También se producen por la actividad ganadera (vacas, ovejas...) y procesos naturales, como la descomposición de la materia orgánica en humedales. También se encuentra 'atrapado' en el permafrost (el suelo permanentemente helado) y en depósitos submarinos del Ártico, que con el aumento de las temperaturas corren el peligro de ser liberados a la atmósfera.

¿Por que es importante?

Las emisiones de metano son hasta 80 veces más potentes que el CO2 para calentar el clima. Sin embargo, a diferencia del CO2, que permanece en la atmósfera durante cientos de años, el metano puede descomponerse al cabo de una década.

¿Qué está pasando con el metano?

Desde 2007, la concentración media mundial en la atmósfera ha crecido a un ritmo acelerado. En los dos últimos años, incluido el de la pandemia, los incrementos han sido los mayores desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983, según la OMM.

¿Se pueden reducir las emisiones?

Existen estrategias para hacer frente a las emisiones de metano, especialmente para evitar los escapes y fugas de metano en el sector del petróleo y el gas, aunque también se están estudiando en la gestión del ganado.

¿Existe algún compromiso internacional para frenar su crecimiento?

Existe un Compromiso Global del Metano, liderado por Estados Unidos y la UE, para reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.