Suscríbete
Pásate a Premium

Consejos para afrontar el triste momento de despedir a una mascota

Cuando sus ojos se cierran para siempre es el final del camino del animal, pero no del humano que ha compartido con él los buenos y menos buenos momentos de su vida

Pixabay

Carmen Aniorte

Dice la canción que algo se muere en el alma cuando un amigo se va... y no solo esto sucede con un ser humano, también cuando un fiel amigo nos deja. Con él se han vivido momentos felices, en otros casos sus trastadas nos han traído de cabeza, pero también ha estado ahí haciéndonos compañía dando muestras de su fidelidad. Ellos -nuestras mascotas- han dejado una huella difícil de borrar y los que tenemos suerte de haber gozado y seguir gozando de la compañía de un perro o un gato sabemos lo duro que es pasar el trance de ese momento de decirles adiós. Despedirse de una mascota, es uno de los momentos más duros de la vida, tanto que en el 90 por ciento de los propietarios de ellas son incapaces de acompañarlos en sus últimos momentos.

En el momento de ese adiós no importa el tamaño del animal sino el cariño que les hemos dado. Tortugas, perros, gatos, roedores e incluso aves e incluso peces. En la actualidad tenemos compañeros de vida toda clase de animales, pero son perros y gatos los que siguen siendo las mascotas que mejor encajan en nuestra vida familiar. Vivir la falta de una mascota -como venimos diciendo- es una situación dolorosa y difícil de sobrellevar para los propietarios, y es que estos animales terminan siendo un miembro más de la familia. Es precisamente por este motivo cuando la perdemos procesamos el duelo de manera similar -habrá quién se escandalice- a cuando falta cualquier otro familiar, con una sola diferencia

«No se encuentra el mismo apoyo del entorno que le rodea, llegando a obligarnos a ocultar sentimientos dado que aún hay quien no entiende que se sienta tanto la pérdida de un animal«, comenta Adela Martínez Gómez terapeuta en acompañamiento de duelos y pérdidas. Durante el duelo que se pasa por la pérdida de una mascota -explica la terapeuta- «se siente un enorme vacío, igual que la de cualquier otro ser querido» ya que con ella -como venimos diciendo- habrás pasado la mayor parte de las horas del día a día. «En el caso de personas mayores cuyos hijos ya han abandonado el hogar, esas mascotas son quienes hacen que te sigas sintiendo una persona útil, porque ese otro miembro de la familia aún depende de tí», comenta Adela Martínez Gómez.

Idéntico proceso de duelo

En el momento de decir adiós a nuestra mascota, ese dolor nos lleva a procesar ese duelo en las mismas fases que con cualquier persona querida de la familia.

Negación: por muy mayor que sea su mascota y le cueste cada vez más levantarse de su cama o que sus pasos durante el paseo diario son más lentos, el hecho de pensar que está llegando el momento de despedirse de él puede ser muy doloroso. Esta negación de inevitable realidad lleva a impedir y dificultar la toma de la decisión que, aunque sabemos que acaba con el sufrimiento de nuestra mascota, es el momento en el que negamos la situación final que nos lleva a tomar la decisión de sedar o llevar a dormir al animal.

Ira: es la fase en la que aparece la rabia y resentimiento para la situación que se está pasando tras haber dicho adiós a su compañero. Esa rabia llega -explica Adela Martínez Gómez- por no haber podido ayudar a su mascota a superar los problemas que tenía.

Negociación: es el momento en el que empezamos a fantasear con el qué hubiese pasado si hubiésemos esperado unos días más antes de despedirnos de nuestro compañero. En el fondo sabemos que no hubiese podido ser posible, pero de alguna forma nos ayuda a avanzar.

Depresión: es la fase en la que se siente una profunda sensación de vacío. Nos puede llevar a entrar en una crisis -comenta la terapeuta en acompañamiento de duelos y perdidas- emocional al darnos cuenta que no volveremos a las rutinas de pasear con ellos por el parque, jugar o dormir con él.

Aceptación: es la última fase al superar la pérdida. Empezamos a convivir con el dolor emocional en un mundo en el que tu gran amigo ya no está... es cuando empiezas a volver a vivir.

Cada pérdida es personal e intransferible

Como en cualquier otro tipo de duelo -explica Adela Martínez Gómez- la manera de evolucionar y trascender el dolor que la pérdida nos causa es personal e intransferible, si bien nos ofrece unos consejos, que pueden ayudar tras la pérdida de nuestra mascota:

1- Si puede elegir el momento de la despedida hacerlo desde su convicción de hacerlo, y no desde lo que otras personas le aconseje. Esta decisión propia ayudará mucho durante los momentos posteriores a la pérdida.

2- Al igual que en la pérdidas de seres queridos el estado de shock de la pérdida o el poder despedirnos como deseamos es un factor muy importante para evolucionar de manera saludable por el proceso de suelo. «Si puedes despedirte hazlo como lo desees, sin necesitar la aceptación ni el beneplácito de la gente que te rodea. pues los sentimientos que puedas tener hacia tu mascota pueden no ser compartidos o desconocidos para terceras personas», aconseja Adela Martínez Gómez.

3- Otra mascota, ¿sí o no? Detrás de esta pregunta hay oculto un «depende». Hay personas que de inmediato necesitan otra mascota que les ayude a cubrir el vacío que la ausencia de su anterior compañero les ha dejado, y otras que por el contario necesitan «tiempo» antes de volver a contar con un fiel amigo. Cada persona vive el duelo a su manera y por ello la decisión tiene que ser totalmente personal. «La costumbre de regalar otra mascota inmediatamente por parte de hijos, pareja o familiar, aunque con toda la buena voluntad, puede no ser la decisión más acertada, pues en muchas ocasiones la persona no se siente con la fuerza suficiente para cuidar de una nueva mascota, lo que a veces lleva a un descuido del animal y un sentimiento de culpa que dificulta avanzar por el proceso de duelo», comenta la terapeuta. Por último y dada la importancia que tiene este tipo de duelo, lo fundamental es que «el dueño de la mascota actúe bajo sus deseos y tomando sus propias decisiones, sin aceptar lo que otros puedan opinar, ya que si por algo se caracteriza este tipo de pérdida es por la falta de comprensión social», nos confirma Adela Martínez Gómez terapeuta de acompañamiento de duelos y pérdidas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación