La ley Celaá acelera la caída de la clase de Religión según los obispos
Baja hasta el 57% de los alumnos que cursan la asignatura en España, un 2,8% menos que el año pasado
Los obispos alertan de una «posible discriminación ilegal» de los alumnos que eligen Religión católica
Alumnos de una clase de Secundaria en el Colegio FEC Vedruna de Pamplona
El número de alumnos que opta por la clase de Religión católica se encuentra, desde hace años, en una tendencia descendente. El pasado curso (2021-2022) bajó por primera vez del 60% (se situó en el 59,85%), este curso 2022-2023 el número ... de alumnos que han optado por la materia confesional ha sido de 3.119.268, lo que supone el 57%, lo que supone el 57% del total, y 2,8 puntos porcentuales menos, según los datos facilitados por la Conferencia Episcopal.
Un descenso que los propios obispos atribuyen a «la implantación de la LOMLOE [popularmente conocida como ley Celaá] en Educación Infantil, y en los cursos impares de Educación Primaria, y de Secundaria Obligatoria y Bachillerato». Un problema que se agrava por «la incertidumbre y desinformación» que al inicio de curso académico provocaron «los retrasos en la aprobación de las nuevas enseñanzas por algunas Administraciones educativas», según añade la nota de Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española.
Los obispos también aprovechan el escrito para condenar otra de las consecuencias de la ley Celaá. Así, aunque reconocen que «la LOMLOE ha mantenido las enseñanzas de Religión», pero «ha debilitado su presencia en el sistema educativo al recortar los efectos de su evaluación y al suprimir la materia curricular que hasta este curso se ofrecía como alternativa al alumnado que no elegía Religión».
Sin contar para la nota final y cuando la alternativa es, muchas veces, el patio, el número de alumnos es cada vez menor, por lo que los obispos reclaman «un tratamiento digno y equiparable a las demás materias para la asignatura de Religión, así como para su profesorado». Aunque también sacan pecho al reconocer que «pese a las actuales circunstancias», «las familias siguen optando mayoritariamente por la enseñanza religiosa escolar, lo que pone de manifiesto el valor educativo y formativo de esta asignatura para una parte significativa de la población».
Casi el 90% en la concertada
Los datos son muy dispares dependiendo de la titularidad del colegio. En la escuela pública sólo el 45,31% de los alumnos optan por la Religión católica. Mientras que en la Educación Primaria el porcentaje llega hasta el 49,39%, al llegar al Bachillerato sólo el 31,79% se inscriben en la materia. Un descenso que podría estar acentuado por el hecho de que la asignatura ya no cuente en la nota media de la etapa, y por tanto no influya de cara a las pruebas de acceso a la universidad.
Por contra, los centros concertados son los que registran un mayor número de alumnos en la clase de Religión. El 89,11% optan por la materia, un porcentaje que se mantiene estable en todas las etapas educativas excepto, de nuevo, en el Bachillerato, cuando baja hasta el 77%, de nuevo por las mismas razones. En los centros privados el porcentaje de alumnos en la clase de religión es del 71,78%.
En todo caso, la Conferencia Episcopal valora como «positivo que más de tres millones de alumnos y alumnas cursen semanalmente la enseñanza de Religión como asignatura libremente elegida». Se trata de unas «cifras relevantes que hay que considerar en el marco de una sociedad cada vez más plural cultural y religiosamente», añaden.
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Los obispos agradecen «sinceramente» el «sentido de la responsabilidad y la confianza de las familias y jóvenes» que han solicitado cursarla y animan a matricularse el próximo curso «como una oportunidad para ampliar sus puntos de vista, crecer en inteligencia de la fe y descubrir una mejor versión de la vida personal y social».