Julissa Reynoso: «La igualdad entre hombres y mujeres es también una cuestión de abrir puertas»

Criada en el Bronx de Nueva York, nacida en República Dominicana, graduada en la Universidad de Columbia y pupila de Hillary Clinton, la persona que le dio la primera oportunidad de incursionar en política, Reynoso asegura: «Yo nunca decidí dedicarme a la política. La política ha venido a mí, y me dedico más a la política pública que a la electoral. Desde joven tuve un gran deseo de aportar a la sociedad. En mis tiempos, el Bronx era un lugar bastante pobre y marginado».

Empezó su militancia con «protestas en la calle y apoyando candidatos que creía que podían mejorar las condiciones de los ciudadanos que no tenían poder ni voz en mi país». Pero también ha sentido la decepción. «Algunas veces me ha sorprendido que los ciudadanos de mi país eligieran a personas que no servían a los mejores intereses».

Reynoso se muestra agradecida a las «mujeres en particular que me han abierto puertas en el sector privado y el gobierno. No es casual que la oportunidad me la diera otra mujer. La igualdad entre hombres y mujeres es también una cuestión de abrir puertas». «Yo entré en la administración de Obama por Hillary Clinton. Ella fue primera dama y senadora y yo ayudé a su candidatura varias veces, desde que se lanzó y perdió con Obama».

Durante la era Trump trabajó por Joe Biden y, al ganar, volvió a la Casa Blanca. Ahora, en España sigue de cerca lo que ocurre en Ucrania. «Cuando creíamos que no íbamos ver más una violación la integridad territorial en Europa, surgió la crisis de Ucrania», analiza. «El gobierno ruso tenía el plan de terminar la invasión lo más pronto posible con una gran victoria. No les ha salido nada así. Se ha enfrentado a un pueblo completamente comprometido con su soberanía y una coordinación de los países europeos y Estados Unidos para apoyarles».

Tras la apertura de Reynoso, las mujeres continuaron mostrando sus puntos de vista, como la neurocientífica del Instituto de Biomedicina de Sevilla e investigadora del CSIC, Patricia González-Rodríguez, que hizo una radiografía de la igualdad en las ciencias: «En el mundo científico la presencia de la mujer va cayendo cuando llega a posiciones de liderazgo y tiene su propio grupo científico. A partir de allí la visión es totalmente masculina», manifestó. «El papel de la mujer da más empatía y es capaz de trabajar en equipo muchísimo mejor. Y así cambiar las cosas».

También solicitó un mayor esfuerzo para incorporar la «diversidad» en las ciencias. «Desde pequeñas deben saber que pueden ser neurocientíficas o ingenieras de inteligencia artificial sin sacrificar totalmente su vida. Nosotros tenemos el compromiso de demostrárselo».

Durante su turno, Teresa Perales, atleta paralímpica con siete oros y un total de 27 medallas, también alentó a los más jóvenes:» La vida te hace poner en una cuerda floja. Una cosa bonita de las mujeres es que somos supervivientes por naturaleza. Tenemos la capacidad de autoempoderarnos. Me gusta decirle a la gente que 'tú puedes, tienes muchas capacidad' pero sobre todo te lo tienes que decir tú misma».

Tras las mujeres que expusieron su visión dentro de empresas tan distintas como energéticas, bancarias, editoriales o aeronáuticas, le tocó la clausura a Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular. «Al pensar en liderazgo femenino, pienso en doña Eladia López Rodríguez», comenzó su discurso. «Nadie la conoce, pero es la primera mujer que conocí que era auténticamente líder. Regentaba una tienda de ultramarinos, se quedó viuda a los 51 años y era mi abuela. Ella ha influido en mi vida personal y política».

«La historia registra revoluciones perecederas que degeneran y dejan sólo un leve rastro en la historia», prosiguió Feijóo. «Pero la revolución de las mujeres nunca se ha eclipsado ni distorsionado. Más que revolución es una evolución constante que marca hitos que la sociedad asume como propios. Su gran virtud es tener las puertas abiertas».