Católicos y voto electoral

La perspectiva de las periferias hace que la atención del Papa no se prodigue en su mirada sobre Europa. Parece que su prioridad son otras latitudes. Atrás quedaron las propuestas de sentido de Juan Pablo II y Benedicto XVI, válidas en su contenido. También vivimos en un momento en el que se consolidan fuerzas políticas, de raíz nacionalista, anti-europeas. El recurso a las raíces cristianas de Europa y al compromiso católico de los padres fundadores de la Unión es un clásico que por manido no debe dejar de tener efecto. De hecho, los obispos europeos plantean la necesidad de contar con «políticos valientes, competentes y motivados por valores que persigan honestamente el bien común. Es nuestra responsabilidad tomar la mejor decisión posible en las próximas elecciones».

Dicen los obispos que «como cristianos debemos discernir bien por quién y por qué partido votar en este momento importante para el futuro de la Unión Europea». Y que debemos votar por personas y partidos «que apoyen claramente el proyecto europeo» y que razonablemente promuevan nuestros valores: «el respeto y la promoción de la dignidad de cada persona humana, la solidaridad, la igualdad, la familia y la santidad de la vida, la democracia, la libertad, la subsidiariedad, el cuidado de nuestra «casa común»». Habrá que estar atentos a lo que digan los obispos vascos y catalanes ante las elecciones en sus Comunidades Autónomas.