El atractivo del cristianismo

Presento a vuela pluma algunas tesis como conclusiones, después de estas intensas horas de escucha y trabajo. El catolicismo social español, el catolicismo seglar, se caracteriza por una destacada presencia en los ámbitos de la educación, de los medios de comunicación y de la caridad y una clamorosa ausencia en los de la política, la economía y la cultura articulada, no en los de las ideas. Priman los buenos diagnósticos sobre las realizaciones. Emerge una nueva generación, tanto a título individual como colectivo, -realidades eclesiales-, que han abandonado modelos lastrados por una concepción hegemónica de la fe –cristiandad-, y que hacen su propuesta en el magma de las concepciones plurales de sentido, asumiendo las consecuencias de la secularización y el pluralismo.

Existe una preocupación predominante por lo atractivo del cristianismo, por la atracción de la propuesta cristiana, sin saber muy bien a veces cómo expresar ese atractivo, que siempre tiene que ver con lo humano. Un atractivo que no obvia el contenido de la fe, es decir, la sustancia de sentido que trasmite la doctrina. El discurso de la identidad no es incompatible con tocar las heridas de la humanidad concreta. Existe un riesgo evidente de ideologización de la fe y de reduccionismo conceptual y experiencial. Cada vez el cristianismo se presenta menos en clave moral, aunque existe el peligro del emotivismo también en la dimensión testimonial en detrimento de la cultural. Preocupa la percepción de la no suficiente compañía de algunas realidades por parte de determinados ámbitos de la jerarquía. A esta nueva generación, algunas dinámicas y cuitas internas cada vez les interesan menos. Se puede estar produciendo un alejamiento efectivo y afectivo, no entre personas, sí entre perspectivas.