Igualdad pide «paciencia y humanidad» para que Isabel García se explique y la mantiene en el cargo

Según García y son explicaciones que parecen haber conformado a la ministra Redondo, pidió consejo a la oficina de conflicto de intereses -la misma que despejó el caso Begoña Gómez al no detectar conflicto alguno- sobre lo que debía hacer y cumplió la ley. Con solo un 8% de las acciones de la consultora de igualdad que mantiene con su esposa Elisabeth García, la directora del Instituto de las Mujeres considera que no hubo incompatibilidad ninguna con su alto cargo.

El diario 'El Español' publicó ayer que desde que es directora la empresa habría conseguido unos 50.000 euros en contratos menores; un cuarto de millón de euros habría facturado por acciones de consultoría sobre el feminismo y la igualdad desde que la crearan ambas en 2022.

Cuando en el último Consejo de Ministros del año pasado (el 27 de diciembre de 2023, aunque el nombramiento se publicó el día de los Santos Inocentes) se comunicó que la nueva directora del Instituto de las Mujeres sería Isabel García, la primera reacción en contra se produjo en las filas de Unidas Podemos, cuya secretaria general y exministra Ione Belarra clamó contra la «transfobia» de la que había hecho gala en la red X García. Hoy la primera petición pública de dimisión de García es la de Irene Montero, también desde las filas de Unidas Podemos y exministra de Igualdad. Montero es precisamente quien relanzó los puntos violeta recogidos en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género con los que presuntamente se habría lucrado la empresa que García comparte con su mujer Elisabeth García.

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«Queda claro que el PSOE quería »recuperar« el Ministerio de Igualdad para hacer políticas feministas. La directora del Instituto de las Mujeres debe ser cesada. Pero no olvidemos algo: no es más grave la corrupción que la transfobia», se desangra por la herida Montero en un mensaje en la red social X.

En diciembre, Sumar (con Elizabeth Duval a la cabeza) también pidió el cese inmediato de la directora y enmendar el error de la designación. Pero la ministra de Igualdad socialista, Ana Redondo, mantuvo su confianza en las segunda

s oportunidades. Su nombramiento fue impuesto desde Ferraz, donde había sido delegada federal LGTB, pero ya durante ese mandato García se enfrentó a muchos cargos del partido por su vehemente beligerancia contra la 'ley Trans', de la que finalmente el PSOE fue copartícipe en el Gobierno de coalición.

Tanto es así que fuentes socialistas con las que conversó ABC y que en la actualidad se ratifican apremiaron a que una mujer como García, quien había señalado a las mujeres trans como que «no existen» y con una defensa de su colectivo LGTB muy particular, no podía estar al frente del instituto principal del Ministerio de Igualdad. Enseguida, la Federación Plataforma Trans dijo que si el departamento quería mantener la buena sintonía con el colectivo transexual debía destituir a García.

Redondo salió a templar gaitas en enero. El 17 y 18 de febrero, la participación de García en el 'II Congreso Internacional DoFemCo' celebrado por docentes feministas en Riba-Roja del Turia (Comunidad Valenciana) despertó de nuevo la tormenta. García no participó activamente, pero sí se entendió que respaldaba con su presencia las intervenciones que allí se produjeron. Plataforma Trans volvió a pedir la destitución y recuerda hoy, en conversación con este periódico, que si «Igualdad no destituye a García, el Tribunal Supremo lo hará». Según la presidenta de la federación, mantienen su confianza en el recurso interpuesto en el Alto Tribunal, que fue admitido en 24 horas. Mar Cambrollé juzga como un «escándalo» que se designase a García, pero «no es peor la corrupción que la transfobia. Ni la corrupción ni la transfobia pueden estar en el Gobierno. A los altos cargos hay que pedirles pulcritud», dice.

Y ayer 17 de julio Ana Redondo se desayunó con las informaciones publicadas por el diario 'El Español' respecto a la presunta corruptela ejercida por García. Dijo que iba a hablar con ella, que no había podido hacerlo porque estaba planificada su asistencia al Pleno del Congreso y su intervención en el Senado para defender la tramitación del dictamen de la Ley de Paridad. Hay numerosas voces que le piden el cese, por tercera vez.

La ministra, que ha participado hoy un acto en El Escorial (Madrid), se ha hecho eco del comunicado de García, donde mantiene que desde que es directora del Instituto de las Mujeres no se ha beneficiado de un solo contrato, que defenderá su «integridad, honorabilidad y su carrera profesional», que están en «juego», por lo que pedirá la rectificación oportuna al periódico digital que mantiene que se ha lucrado de contratos menores por la gestión de 64 puntos violeta en municipios regidos por el PSOE, como San Fernando de Henares (Madrid).

La directora del Instituto de las Mujeres asegura tener «la conciencia tranquila, la certeza de haber hecho las cosas bien». De acuerdo con el mismo comunicado, que publica «siguiendo las instrucciones de la ministra, en aras de la transparencia» y para que no quede «ninguna duda» sobre su gestión de las empresas ni ninguno de los contratos, se ha comprometido a facilitar «toda la información que sea precisa sobre los mismos».

Sumar ha pedido primero la comparecencia de García en la Comisión de Igualdad del Congreso, aunque poco después ha exigido también la dimisión. "Nunca debió ser nombrada", ha dicho el portavoz parlamentario Íñigo Errejón. La ministra Redondo no ha descartado la comparecencia en el Parlamento porque ella, ha dicho, cree en las reglas de la democracia y en obrar siempre «con luz y taquígrafos en todos los asuntos», señalando que la propia directora le ha explicado cómo obró ante la Oficina de Conflicto de Intereses y lo que este organismo le pidió para que cumpliese con los preceptos legales. Según la ministra, con tiempo Isabel García se explicará con todos los documentos en su poder y se podrá comprobar que no incumplió con la incompatibilidad de cargos que se exigen a un alto dirigente del Ministerio como ella.

En este sentido, García detalla en su carta pública que, cuando en 2023 fue nombrada directora del Instituto de las Mujeres, se puso en contacto con la citada Oficina de Conflicto de Intereses para que le indicasen cómo proceder, al estar sometida a la normativa de altos cargos. «Es entonces cuando se me indicó que debía actualizar mi situación profesional y que la ley me permitía mantener hasta un 10% de las empresas que compartía con mi mujer», señala. En esta misma línea, indica que «de forma inmediata» procedió a mantener a su nombre un 8% de las empresas. El resto, las vendió a su mujer. «Es decir, he cumplido y cumplo escrupulosamente la Ley reguladora de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado, como no podía ser de otra manera», subraya.

García matiza que, desde su toma de posesión, se ha desvinculado, no solo de la titularidad sino de la gestión de las dos sociedades en las que tenía participación, asumiendo la gestión exclusiva de las mismas su esposa. Asimismo, explica que, desde 2015, cuando comenzó su trayectoria política, se ha dedicado a trabajar para poner en marcha iniciativas relacionadas con el feminismo, la igualdad y la lucha contra la violencia de género. En este sentido, expone que en 2022, «libre de responsabilidades políticas», decidió constituir una consultoría de igualdad junto a su mujer.

«En ese momento yo ya no ostentaba ninguna responsabilidad orgánica, institucional ni de ningún tipo en el PSOE y decidí centrar mi actividad profesional en proyectos enfocados a la igualdad real entre mujeres y hombres (planes de igualdad, conferencias, jornadas, punto violeta, talleres, formación, etc.). Proyectos que se ofertaban tanto a empresas privadas o clubes deportivos, entidades públicas (ayuntamientos -de todos los signos políticos-, universidades, etc.), e instituciones semipúblicas (federaciones deportivas)», argumenta. Pero no explica ni detalla en qué medida su mujer sí se ha lucrado de concesiones de ayuntamientos del PSOE.