Los incendios de Francia no dan tregua: «No he visto nada parecido»
El fuego ya ha devastado más de 7.000 hectáreas y ha provocado que evacuen a 10.000 personas de sus hogares
París
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Iniciar sesiónLos incendios del verano más caluroso de la historia de Francia solo están contenidos, el gobierno multiplica sus acciones y alertas, la solidaridad de la Unión Europea (UE) comienza a ser efectiva, y la opinión pública oscila entre la angustia ... contenida y la resignación estoica.
En las Landas, en el departamento de la Gironda, entre Burdeos y la frontera españolas, 361 bomberos de varios países europeos están siendo desplegados para intentar ayudar a los 1.100 bomberos que continúan luchando contra la propagación del más grande de los incendios nacionales. Las llamas han sido contenidas, se está evitando la propagación, pero se temen días y semanas de incertidumbre. Se temen nuevos cortes en la autopista que une España y Francia. Se teme, igualmente, una agravación del balance provisional: más de 7.400 hectáreas de bosque quemadas, 10.000 personas evacuadas …
En el departamento de Aveyron, el incendio está contenido. Más de 3.000 personas han sido evacuadas. Se espera contener las llamas, que ya han quemado más de 750 hectáreas.
En los departamentos del Jura, Ardeche, Drôme, los Vosgos, Isère, el mismo escenario catastrófico se repite de manera inquietante. Decenas y centenares de bomberos, a pie de incendio, intentan controlar las llamas. Los habitantes de aldeas y pequeños pueblos se ven forzados a huir o intentar alejarse, esperando un cambio de la meteorología. Se anuncian posibles tormentas para el fin de semana o principios de la semana que viene.
En la Costa Azul, en Niza, Saint-Tropez, Cap Ferrat, incendios relativamente «menores« se han multiplicado durante todo el mes de julio y primeros de agosto. Desde las playas, abarrotadas, las más de las veces, se contempla el espectáculo de los incendios, en la lejanía, con laconismo estoico.
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Michèle Pegat (67 años), viuda, jubilada, sentada en su amada, en la playa de Cap Ferrat, comenta el espectáculo con mucha filosofía: «No he visto nada parecido, en mi vida. Las nubes de humo y llamas que vemos, en la lejanía, o pegados a las pantallas de los teléfonos móviles, tienen algo de apocalíptico. En ocasiones, el viento nos trae el tufo apestoso de las cenizas de los bosques incendiados, en la lejanía. Una experiencia negra. Es algo dramático. Una experiencia única, remojándonos en el Mediterráneo, cuando, a pocos kilómetros, las llamas están amenazando nuestros pequeños pueblos aislados«.
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