El calor pulveriza los récords de temperatura en medio mundo y desata las alarmas

En el caso de Europa, la llegada del anticiclón Caronte ha provocado que las temperaturas por encima de los 40ºC sean una constante en puntos de España, Italia y Grecia. Pero no es un caso aislado, ya que en el norte de América y en el este de Asia también se están batiendo récords, como los 52,2ºC registrados en China —la mayor temperatura del país— y los 53,3ºC en el 'Valle de la Muerte' (Estados Unidos), a apenas 3ºC de superar el récord desde que hay registros en nuestro planeta.

Los fuertes vientos de más de 50 km por hora, junto a la vegetación seca como consecuencia de la enorme sequía que vive Grecia, hicieron que los incendios se propagasen rápidamente y, cuatro de ellos, fueran imposibles de controlar por parte de los equipos de extinción de incendios forestales durante este lunes.

Los 'Meltemia', vientos de componente norte, de gran intensidad y comunes en esta época del año en la zona del Egeo, son los principales causantes de los grandes incendios forestales que cada verano reducen a cenizas miles de hectáreas en todo el país.

Desde el Centro de Emergencias y Gestión de Crisis de Atenas informan que los equipos de extinción han estado trabajando durante toda la noche para sofocar los cuatro grandes incendios, dos de ellos al sureste y al oeste de la ciudad de Atenas. Aunque en algunas zonas se están reactivando las llamas, la situación estaría controlada en al menos dos de ellos. Según nos ha confirmado un portavoz, el incendio de la localidad de Saronida, en el litoral sureste de Atenas, los bomberos han conseguido durante la mañana del martes controlar las llamas.

En Lutraki, municipio baleario a escasos kilómetros de Corinto, los equipos de extinción de incendios forestales tendrían bajo control las reactivaciones que se han producido en dos de las zonas residenciales que tuvieron que ser evacuadas durante la tarde del lunes. No obstante, en ambas localidades se han registrado miles de hectáreas forestales calcinadas y decenas de vecinos habrían perdido sus hogares. Además, en ambos municipios, miles de vecinos fueron desalojados de sus casas y han tenido que pasar la noche en polideportivos y otros espacios habitados para dar cobijo a los afectados. «La acción del cuerpo de bomberos voluntarios está siendo crucial en el control de las reactivaciones de muchos de los focos», añadía el portavoz.

Por su parte, el incendio de Kapareli, en la unidad periférica de Beocia, el incendio está prácticamente controlado. Peor situación presenta el incendio de Dervenojoria, donde los vecinos de varias zonas residenciales han tenido que ser evacuados. Los vientos en la zona permanecen fuertes y las llamas son imposibles de controlar, según ha confirmado el portavoz del centro de operaciones y emergencias de la capital helena a este diario. En la zona están trabajando sin descanso más de 140 bomberos, 5 helicópteros y 5 hidroaviones.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis se encontraba ayer en la cumbre de EU- Celac en Bruselas, declaró que la prioridad es la seguridad de las personas para evitar que se produzca una tragedia como la acontecida en Mati, al este de Atenas en el año 2018 donde perdieron la vida más de 100 personas. De momento, se han producido víctimas mortales pero en la madrugada de ayer tres miembros de la unidad de bomberos voluntarios tuvieron que ser atendidos por quemaduras leves.

Italia es un horno, con temperaturas que baten récords. Comenzó la tercera ola de calor del verano de 2023, con una veintena de ciudades en alerta roja. En la isla de Cerdeña se espera que el termómetro llegue hasta 47 grados, en Sicilia y Apulia alrededor de 45 grados. La ola de calor impulsada por el anticiclón Caronte logrará que sean superados algunos registros históricos.

 La previsión para Roma es de 42-43 grados entre hoy y mañana, batiendo su anterior récord de calor de 40,7 grados en junio de 2022. Esta temperatura oficial romana se registra a la sombra en la colina de Monte Mario, pero son superados cuando se camina entre el asfalto o los adoquines de la capital. Pueden verse hasta los 44 grados en algunos termómetros en el centro de Roma.

Equipos del Ayuntamiento reparten botellas de agua en los sitios estratégicos, generalmente los monumentos, donde acuden más turistas. El geriatra Graziano Onder ha recomendado a los romanos no salir de casa salvo en las primeras horas del día y después de las nueve de la noche. Igualmente aconseja comer al menos cinco piezas de fruta y verdura, así como beber al menos un litro y medio de agua al día.

Es llamativo el contraste entre los barrios romanos, con sus calles prácticamente desiertas, y el centro de Roma donde abundan los turistas armados de paciencia para buscar sitios donde refrescarse y seguir luego con sus visitas a los monumentos. Especialmente concurrida se ve la Fontana de Trevi en el corazón de la capital.

Algunos turistas nos dicen que sienten la tentación de emular a la actriz sueca Anita Ekber, quien se metió en el agua con Marcello Mastroianni en la célebre película 'La Dolce Vita', de Fellini. Alguno comenta que hoy el turismo es Roma, con sus abrasadoras temperaturas, es como un deporte extremo, el único que practican las masas a nivel internacional. Cargados de botellas de agua, sombrillas, sombreros, gorrillas o pañuelos, se ven turistas de todas las nacionalidades haciendo cola para entrar en el Coliseo o el Panteón, para coger un taxi o el autobús.

Se percibe que el ritmo de vida ha cambiado por el calor en el corazón de Roma, en el día más caluroso de su historia. Todo parece ir a cámara lenta: los coches se mueven sin velocidad, los turistas caminan con la cabeza gacha agitando sus abanicos lentamente y sin apenas fijarse en los monumentos salvo en las fuentes que se convierten en oasis en el desierto. Las persianas y ventanas están estrictamente cerradas como si no hubiera nadie dentro, salvo que el ruido de fondo de los aires acondicionados encendidos, día y noche, advierten la presencia de alguien.

Con este calor se puede morir. Hasta el jueves están en alerta los hospitales, asediados por pacientes ancianos o frágiles con dificultades respiratorias y la intensificación de sus problemas cardíacos a causa de las altas temperaturas. El ministerio de Sanidad ha advertido a las regiones para que se movilicen, proponiéndoles un plan para hacer frente a la emergencia por las altas temperaturas y prevenir los efectos de las olas de calor que se vienen produciendo en las últimas semanas.

Cuatro puntos básicos tiene la nota del ministerio de Sanidad para todas las regiones italianas: 1) Activación de un 'código de calor' en los Servicios de Urgencias; 2) movilizar clínicas locales 7 días a la semana y 12 horas al día para ingresos relacionados con los efectos del calor; 3) potenciar el servicio de urgencias médicas; 4) reactivación de los equipos anti-Covid de las estructuras regionales, formados por médicos y enfermeras, para promover la atención domiciliaria y evitar el acceso inadecuado a las salas de emergencia.

De forma especial, la nota del ministerio de Sanidad recomienda encarecidamente la activación del 'código calor', es decir, una ruta de atención preferente y diferenciada en el Servicio de Urgencias. Se quiere evitar a toda costa los dramáticos efectos de las altas temperaturas del verano pasado, cuando fallecieron en Europa 61.672 personas, entre el 30 de mayo y 4 de septiembre, a causa del calor, según publicó Nature Medicine. El mayor número de víctimas, 18.000, se registró en Italia, y en España los fallecidos fueron 11.324.

Afirma el climatólogo Luca Mercalli, y presidente de la Sociedad Meteorológica Italiana, que «nunca hubo una ola de calor tan larga como esta, nos cambiarán la vida los veranos a 50 grados» (en Pekín se alcanzaron los 52 grados y 56 en Washington). Mercalli, cara conocida de la televisión italiana, explica así lo que está sucediendo con las temperaturas:

«Un gran anticiclón africano domina Italia. Ahora, después de 2003, se ha convertido en una presencia constante en nuestros veranos. En ese año, por primera vez tuvimos 40 grados en Turín, 40 en Milán, 40 en París, temperaturas que nunca antes se habían visto. Ese verano causó 70.000 muertos, de los cuales 20.000 en Italia. Una situación dramática, estilo Covid para entendernos. Después de 2003 tuvimos otras temporadas difíciles, la de 2015, 2017, 2019 y luego otra vez la del año pasado, 2022, que se clasifica casi a la par de 2003, cuando contamos más de 60.000 muertos, 18 mil en Italia. Son datos del Centro Nacional de Investigación (CNR), números reales».

Las consecuencias están a la vista de todos. El climatólogo Mercalli las describe: «El planeta está revuelto, con consecuencias muy graves para la agricultura, la energía, la salud, la migración. Llevamos 31 años diciendo estas cosas, desde 1992, cuando hubo el acuerdo internacional de Río de Janeiro. Pero en lugar de eso, seguimos hablando«. En una declaración a La Stampa, Luca Mercalli precisa cómo podrían cambiar nuestras vidas: «Se corre el riesgo de que cambien por completo.

Piensen en los viñedos del Piamonte, ya no estarán, haremos dátiles. Si se adoptan las medidas que piden los expertos, a finales de siglo los mares subirán 40 centímetros y la temperatura subirá dos grados. Pero si la política no hace nada, entonces las aguas subirán un metro y 20 centímetros ¿Y entonces qué será de Venecia, por ejemplo? Esto también lo dice Antonio Guterres, secretario de la ONU. Lo dijo el Papa en 2015. Lo dice Giorgio Parisi, Premio Nobel de Física 2021. Y si queremos ser eficaces, debemos intervenir hasta el 2030; es como una enfermedad, ya no podemos perder el tiempo. De lo contrario, condenamos a nuestros hijos«.

Una esperanza se abre para el fin de semana, con una tregua en las altas temperaturas. Dice la web especializada 'ilmeteo» que «¡entre el sábado y el domingo el anticiclón Caronte estará bajo ataque de tormenta!». Como ya ha ocurrido en el pasado, el riesgo ahora es el de fenómenos meteorológicos extremos por el «choque» entre masas de aire completamente diferentes que encontrarán su campo de acción justo en Italia.

«En los últimos años hemos asistido a una frecuencia cada vez mayor de olas de calor en territorio italiano, principalmente por la interferencia del anticiclón africano. E incluso el fin de semana esperamos valores abrasadores, especialmente en el Centro-Sur y en Cerdeña y Sicilia, con puntas superiores a los 40 grados«, destaca «il meteo'. Concluye advirtiendo sobre el riesgo de tormentas: «Entre los efectos de este clima que cambia, no se debe subestimar el riesgo potencial de eventos climáticos extremos: horas tormentosas intercaladas con días calurosos y soleado«.

La segunda jornada de la ola de calor que abrasa España deja 13 comunidades autónomas bajo aviso por las altas temperaturas y tres de ellas con aviso rojo. Aragón, Baleares y Cataluña alcanzarán los 42ºC de máxima. El epicentro del fenómeno se situará en el valle del Ebro, y las zonas con temperaturas más elevadas se situarán en las provincias de Teruel, Zaragoza, Huesca, Lérida, Gerona y Mallorca según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Aunque la masa de aire cálido de procedente del norte de África se desplaza al este, el calor seguirá presente en buena parte de España y la probabilidad de que se superen récords de temperaturas locales sigue siendo elevado. Solo durante el lunes, Toledo batió su récord para el mes de julio tras registrar 42,9ºC y Teruel experimentó su noche más cálida también en julio con una mínima de 20,6ºC.

Canadá es uno de los países más castigados en lo que respecta a incendios. Durante la mañana de este martes, permanecen activos 907 focos, de los que 599 permanecen fuera de control y solo 204 han dejado de expandirse -el resto en proceso de controlarse-.

Desde el pasado 11 de mayo, el país se encuentra en el máximo nivel 5 de máxima alerta ante el aumento de los incendios, lo que implica que no cuentan con los recursos necesarios para afrontarlos y el riesgo de los mismos es «extremo».

En lo que va de año, más de 10 millones de hectáreas han sido calcinadas por los incendios, un récord insólito que supera con creces los 3,6 millones de 2022 y los 10,6 millones de hectáreas quemadas en 2020 según la Agencia Canadiense contra Incendios Forestales (CIFF por sus iniciales en inglés).

La ola de calor está convirtiendo a Estados Unidos en un infierno. En concreto, la zona suroeste ha alcanzado las temperaturas más elevadas en los registros históricos. Por decimonoveno día consecutivo, Phoenix, la mayor ciudad de Arizona, ha registrado temperaturas superiores a los 43 grados centígrados. El martes, el mínimo registrado en esa ciudad de 1,6 millones de habitantes, fue de 35 grados. El máximo, de 47 grados.

Ante las alertas por calor extremo, las autoridades locales de los lugares afectados han pedido a los vecinos que se queden en sus casas, no salgan a la calle, y han habilitado centros públicos como bibliotecas con aire acondicionado. Desde 1983, la temperatura promedio diaria de verano en Phoenix ha aumentado dos grados. En los puntos más cálidos y extremos del país, como el 'Valle de la Muerte', en Nevada, la temperatura de ayer fue de 50 grados y se espera que ya entrada la semana se rocen los 52. Es un área despoblada.

En Asia, las altas temperaturas se alternan con lluvias torrenciales, en parte provocadas por la acumulación de agua evaporada en la atmósfera. China registró durante el fin de semana un récord de temperatura para mediados de julio, con 52,2ºC en la provincia occidental de Xinjiang, y Japón emitió alertas de calor en 32 de sus 47 prefecturas.

Por su parte, un cuarto de millón de personas fueron evacuadas por un importante tifón que afectó a Vietnam y el sur de China, el cual tocó tierra el lunes con potentes vientos e intensas lluvias. En Corea del Sur, se mantiene hasta el miércoles el pronóstico de fuertes precipitaciones que provocaron en los últimos días 41 muertos y nueve desaparecidos.

El cambio climático «es una amenaza para la humanidad», afirmó el martes desde Pekín el enviado de la Casa Blanca para el clima, John Kerry, en un viaje para reimpulsar la cooperación sobre este tema entre los dos grandes contaminantes mundiales.