Con la ilusión de un peregrino

Los viajes del Papa comienzan con un breve recorrido en automóvil para subir al punto más alto de la colina del Vaticano, el bastión occidental de la muralla, donde se esconde el helipuerto. Giran los rotores, inicia el vuelo y cinco minutos más tarde el helicóptero aterriza en el aeropuerto de Fiumicino justo al lado del avión que está esperándole con todos los demás pasajeros a bordo.

A sus 83 años, el Papa camina rápido y se mueve velozmente. Su jornada de hoy concluirá con un balance notable: dos vuelos en avión con un total de tres mil kilómetros, un encuentro con los Príncipes de Asturias, dos discursos, una homilía, una misa al aire libre y el saludo desde el «papamóvil» a millares de fieles. Todo ello en torno a un acontecimiento que es sobre todo interior: su peregrinación personal a Santiago, un deseo acariciado desde hace muchos años y que ahora realiza como Papa con todas las implicaciones exteriores: desde la visibilidad continua hasta el llamamiento a Europa.

En el estudio privado de Benedicto XVI, a cuya ventana se asoma cada domingo para rezar el Ángelus, conviven la serenidad y el trabajo intenso. Los discursos y homilías que pronunciará en España son una pequeña parte de su trabajo. El próximo jueves se presenta su exhortación apostólica sobre la Palabra de Dios, fruto del Sínodo de Obispos del 2008. El 23 de noviembre se presentará su nuevo libro, «Luz del mundo», resultado de una semana de entrevistas con Peter Seewald sobre temas candentes en la situación de la Iglesia. La próxima primavera llegará a las librerías la segunda parte de «Jesús de Nazaret», que está siendo traducido a seis idiomas.

El Papa que llega a Santiago es no sólo autor de «best-sellers» de teología sino también el quinto hombre más poderoso del mundo según la lista que publicó hace tres días la revista «Forbes», conocida por su lista de las 500 personas más ricas del mundo. La religión cuenta en este planeta, y la espiritualidad es un valor real, como reconoce una publicación en las antípodas de lo catequético o lo clerical.

El Reino Unido, un país de mayoría anglicana, recibió a Benedicto XVI por la puerta grande el pasado septiembre. La recepción que encuentre en España no revelará la talla del Pontífice sino, en realidad, la talla de nuestro país.