Hans Zollner abandona con un portazo la comisión vaticana de «Protección de menores»

Por eso, a nadie le sorprendió que hace nueve años, en 2014, el Papa Francisco lo fichara para la recién instituida Comisión vaticana para la Protección de menores. Era una de sus voces más autorizadas. A pesar de que el pontífice le renovó en el cargo a finales de septiembre, ahora ha decidido abandonarlo.

Este miércoles, el presidente de esa comisión, el cardenal Sean Patrick O'Malley, anunció la decisión y aseguró que Zollner había solicitado disponer de más tiempo para otros compromisos en la lucha contra los abusos. Efectivamente, desde marzo trabaja en la oficina de atención a víctimas de la diócesis de Roma y además dirige un instituto en la Universidad Gregoriana que forma a personas para prevenir y detectar abusos en la Iglesia.

«Hemos acogido su solicitud con el más profundo agradecimiento por sus muchos años de servicio», ha añadido el cardenal, en un cordial comunicado en el que subraya que esperan encontrar modos de seguir colaborando.

Horas más tarde, Hans Zollner ha roto el silencio y ha mostrado que la situación es un poco más compleja. Se marcha dando un portazo por cuestiones no de fondo sino de forma («cuestiones estructurales y prácticas», las describe).

Con cierta amargura dice que la renuncia fue confirmada el pasado 14 de marzo, lo que significa que han pasado quince días hasta que se ha hecho pública.

«En mi trabajo con la comisión, he observado cuestiones que deben abordarse con urgencia y que me han imposibilitado seguir adelante», explica en su comunicado publicado en redes sociales. Se refiere a ámbitos como «responsabilidad, cumplimiento, rendición de cuentas y transparencia» en el modo de trabajar.

«Estoy convencido de que son principios que cualquier institución eclesiástica, y mucho más la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, está obligada a defender», explica antes de detallarlos uno a uno.

«Con respecto al cumplimiento, ha habido una falta de claridad en cuanto al proceso de selección de miembros y personal y sus respectivas funciones y responsabilidades. Otra área de preocupación es la de la responsabilidad financiera, que considero inadecuada. Es primordial que la comisión muestre claramente cómo se utilizan los fondos en su trabajo», explica.

Añade que falta transparencia en el proceso de toma de decisiones y que no se explican a los miembros.

La gota que ha colmado el vaso es que, tras la reforma de la Curia vaticana, la comisión perdió su independencia en junio y pasó a depender del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Zollner dice que a estas alturas, aún no hay un «reglamento que regule la relación entre la comisión y el Dicasterio».

Precisamente en diciembre, en declaraciones a la Cadena Cope, Hans Zollner criticó la falta de transparencia en los procesos que realiza el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, tanto por respeto a las víctimas como para mostrar que se juzga a todos con el mismo patrón. «Desde hace años muchas personas piden que se publiquen las motivaciones de los veredictos a los que llega la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sin jurisprudencia es imposible conocer qué criterios se han adoptado y la impresión que se tiene es que no hay equiparabilidad entre los juicios», explicó entonces.

Ahora explica que seguirá trabajando para «hacer del mundo un lugar más seguro para los niños y las personas vulnerables a través de esfuerzos académicos y científicos». En su mensaje, además de dar las gracias al presidente y a los miembros de esta comisión, se despide asegurando que sigue «abierto a debatir la protección de los menores con la Comisión y espero que las cuestiones mencionadas puedan resolverse de manera sostenible», se despide.