El 'botón del pánico' que alertará en segundos a la Policía: Grecia crea una aplicación para frenar la violencia entre adolescentes

'SafeYOUth' estará disponible en las próximas semanas y se podrá descargar de forma gratuita en teléfonos y tabletas. Las autoridades griegas esperan que, además de luchar contra la delincuencia juvenil y el acoso escolar, la aplicación sirva también para denunciar casos de racismo, conducción temeraria o tráfico de drogas, entre otros delitos.

Con esta nueva aplicación se espera que se eviten episodios como el acontecido hace escasos días, cuando una menor de 14 años recibió una brutal paliza por parte de una veintena de adolescentes. Según el abogado de la víctima, en la convocatoria que se realizó a través de Instagram se animaba a jóvenes de toda la región del Ática a participar en la paliza. Durante la noche del pasado sábado, dos menores la golpearon brutalmente mientras que alrededor de veinticinco adolescentes contemplaban como la joven perdía el conocimiento a causa de los golpes.

Cuando la menor cayó inconsciente al suelo, varias personas intentaron desnudarla y quemarle el pelo con un mechero. Finalmente, la intervención de un transeúnte evitó que la joven sufriera daños mayores. La policía helena ha conseguido identificar a varios de los implicados gracias a las cámaras de seguridad de un local comercial cercano al lugar de los hechos. Las dos menores que convocaron la pelea y sus padres fueron detenidos, pero fueron puestos en libertad con cargos horas más tarde.

«Un niño delincuente no aparece de repente, el niño delincuente tiene una historia detrás», explicó el ministro de Protección Civil de Grecia, Mijalis Jrisojoidis, durante una entrevista en la televisión griega en la que afirmó que, en el caso de la menor de 14 años golpeada brutalmente hace unos días, los detenidos tenían antecedentes delictivos. Según Jrisojoidis, en lo que va de año, las detenciones de adolescentes han aumentado casi un 50 por ciento y que en lo que va de año cerca de nueve mil adolescentes han sido detenidos por acoso escolar y violencia entre menores.

Nestor Courakis, profesor de criminología en la universidad Kapodistríaca de Atenas, explica a este diario que, según los datos de la policía griega, en un período de 20 años (de 2000 a 2020), los homicidios cometidos por menores de 13 a 17 años se duplicaron; las violaciones aumentaron de un 6 a 32 por ciento; mientras que los robos aumentaron de un 62 en 2000 a un 476 por ciento en 2020.

En el caso de del acoso escolar «se desconoce su alcance exacto porque a menudo las víctimas no denuncian estos delitos», aunque si bien el experto apunta a la existencia de una tendencia en alta de este tipo de delitos. Sin embargo, Courakis no cree que Grecia tenga un problema general con la violencia juvenil porque «los incidentes de pandillas observados en los últimos años en ciertas áreas y escuelas de las grandes ciudades son casos aislados, aunque sí se han observado disfunciones de los factores básicos de socialización, como la escuela y la familia».

Anguelikí Kardará, instructora en los programas de educación a distancia de la Universidad Kapodistríaca de Atenas y autora de varios libros sobre violencia juvenil explica a este diario que estamos ante un fenómeno social «muy grave que debe ser abordado de forma interdisciplinar y holística» porque cada vez los casos son más graves, a la vez que se ha registrado un preocupante descenso de la edad de los menores implicados en este tipo de agresiones. Según Kardará, el acoso y la violencia juveniles están intrínsecamente unidos a la «profunda crisis de valores que está sufriendo la sociedad» y se manifiesta, no sólo en la propia violencia en sí, sino también en los casos en los que otros menores que estaban presente durante los episodios de violencia no solo no ayudaron a las víctimas, sino que grabaron con sus teléfonos móviles las agresiones para después compartirlo en redes sociales.

En cuanto a la lucha contra este fenómeno, la experta es de la opinión que, cuando se habla de violencia perpetrada por menores, es importante diferenciar entre los comportamientos agresivos y violentos que ocurren dentro de las escuelas, de aquellos que tienen lugar fuera de ella porque las medidas de prevención y lucha son diferentes: «en la escuela el margen de intervención es claramente mucho mayor, porque estos menores están más controlados y supervisados por el personal educativo», a la vez que el margen de maniobra de los centros educativos es mayor a la hora de prevenir e intervenir en este tipo de delitos.

En este sentido, Kardará considera que la escuela debería adquirir un papel más dinámico y activo contra la propagación de la violencia juvenil, con programas que refuercen los valores y el respeto a los demás, sin olvidar que en los casos de violencia juvenil, la responsabilidad parental es fundamental: «detrás de estos menores hay padres que deben asumir sus responsabilidades», concluye.