Francisco revela que «ha vuelto» la dolencia que obligó a extirparle parte del intestino
«Está controlada», afirma el Pontífice en una entrevista, «ni siquiera se me ocurrió hacer testamento»
Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónEl Papa Francisco ha revelado que ha «vuelto» la diverticulitis que en julio de 2021 le obligó a someterse a una operación en la que le extirparon 33 centímetros de intestino. «Está controlada», tranquiliza. «Estoy bien de salud. Por la edad que tengo, estoy ... normal. Podría morirme mañana, pero vamos, está controlado», ha bromeado durante una entrevista con la agencia Associated Press. «Ni siquiera se me ocurrió hacer testamento», ha asegurado.
El Papa afronta también las críticas a su pontificado, a raíz del libro del secretario del Papa emérito. Dice que éstas «son como la urticaria, que molestan un poquito, pero prefiero que las hagan, porque eso quiere decir que hay libertad para hablar».
Reconoce además que el fallecimiento de Benedicto XVI ha sido como «perder a un padre y a un buen compañero». «Para mí era una seguridad frente a una duda, pedir el auto e ir hasta el monasterio y preguntar», asegura.
Explica también en la entrevista que no es partidario de reglamentar el estatus del «Papa emérito», hasta que no haya «alguna experiencia más». Pero añade que «la experiencia de Benedicto ya da lugar a que los nuevos papas que renuncien se inserten de una manera más libre», y no necesariamente se alojen dentro del Vaticano.
Benedicto XVI decidió residir en el monasterio «Mater Ecclesiae», donde, según el Papa, «no era del todo libre, quizás hubiera querido volver a su Alemania y seguir desde ahí estudiando teología. Pero hizo todo para estar lo más cercano. Y esta fue una buena solución intermedia, una buena solución».
Preguntado sobre los países que castigan la homosexualidad incluso con la pena de muerte, subraya que «no es un delito», y que la Iglesia debe contribuir a eliminar las leyes que la criminalicen. «Sí, es pecado, pero distingamos pecado por delito. También es pecado la falta de caridad con el prójimo», resaltó.
Asegura además que no intervino en el proceso por abusos cometidos por el sacerdote jesuita Ivan Rupnik y que para él «fue una sorpresa y un dolor». También califica al camino sinodal alemán como «elitista», pues «no tiene todo el consenso procesal de un sínodo como tal», e insinúa que está tomando una deriva ideológica.
Sobre las relaciones con China, reconoce que las autoridades de Pekín «a veces son un poco cerradas, a veces no», «pero tenemos que caminar con paciencia en China». «Estamos dando pasos adelante», concluye.
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Mirando al futuro, anuncia que la prioridad para esta nueva etapa de pontificado es que el papado «deje de ser una corte». «Se está haciendo y los mismos cardenales lo están haciendo», concluye.
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