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Un donante de semen, demandado por su «afán procreador desmedido»: tiene 550 hijos en todo el mundo

Jonathan M. ha sido acusado por la justicia neerlandesa tras superar los 25 hijos como máximo que establece la ley

Un ginecólogo neerlandés concibió 17 hijos donando en secreto su esperma

Espermatozoides ABC
David Sánchez de Castro

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«Afán procreador desmedido». Esta es la acusación que una fundación neerlandesa dedicada a ayudar a reencontrarse a hijos y padres, Donorkind, contra un hombre al que señalan por haber tenido, presuntamente, unos 550 vástagos gracias a la donación de su semen.

Jonathan M., un hombre de 41 años, ha encontrado en su semen un gran negocio. En Países Bajos, los sistemas de reproducción asistida están legislados de manera muy clara: no se pueden tener más de 25 hijos naturales por donación, algo que este hombre se había saltado. El descubrimiento lo hicieron después de que numerosas mujeres puestas en contacto con esta organización acabaran determinando que habían tenido hijos de Jonathan. Ya hace unos años se había metido su nombre en una lista negra después de descubrir que solo en Países Bajos había tenido 102 hijos gracias a su colaboración con 11 clínicas.

La legislación del país, una de las más avanzadas con respecto a la reproducción asistida, limita a 25 los hijos por varios motivos: evitar incestos involuntarios entre hermanos que no se conocen ni reconocen como tal, frenar posibles demandas judiciales por herencias o derechos familiares y paliar las posibles consecuencias psicológicas que puede tener para una persona saber que comparte línea sanguínea directa con decenas o incluso centenares de personas.

El caso de Jonathan M. va mucho más allá. Según la citada fundación, montó una suerte de red para donar su esperma a otros países, incluido España, hasta el punto de que estiman que puede llegar a tener unos 550 hijos repartidos por todo el mundo. Según el periódico neerlandés 'Algemeen Dagblad', Jonathan usaba diversas webs para contactar con clínicas que, entre sí, no compartían información. Ante esta ausencia de colaboración, él encontró el nicho perfecto para mantener su negocio (cada donación de esperma se paga entre 10 y 20 euros) e incluso hacerlo internacional.

Una limitación de la ley y un juicio

El Parlamento neerlandés está en pleno proceso de modificación de una Ley de familias en la que, entre otras iniciativas, van a limitar a 12 el número de familias con las que puede colaborar un mismo donante.

El objetivo es evitar casos como el de Jonathan o el de Jan Wildschut, un ginecólogo fallecido en 2009 del que luego se descubrió que había tenido 34 hijos donando su esperma a pacientes que se iban a someter a tratamientos de reproducción asistida. Parecido fue el caso de Jan Karbaat, padre de unos 80 hijos durante los 40 años en los que regentó una clínica dedicada a este fin.

Jonathan M. tendrá que responder en unos días ante el juzgado. Además de Donorkind, se han personado en la demanda una mujer que tuvo un hijo gracias a su semen donado, al que pide responsabilidades por los posibles daños que el niño pueda tener en un futuro.

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