JUICIO DE AVIÑóN
El discípulo de Pelicot: «Merezco la muerte por mis actos innobles»
Jean-Pierre Maréchal, cómplice del principal juzgado del juicio de Aviñón, alega en su declaración una juventud «atroz» para justificar sus actos
Dominique Pélicot, acusado de drogar y permitir a desconocidos abusar de su mujer: «Soy un violador, como todos los que están en esta sala»
Corresponsal en París
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Iniciar sesiónJean-Pierre Maréchal (63 años), amigo y cómplice de Dominique Pelicot (71 años), el hombre que drogaba a su mujer, para fotografiar cómo decenas de hombres la violaban dice «merecer la muerte» por violaciones muy semejantes de su propia esposa.
Maréchal y ... Pelicot se conocieron a través de una página web especializada en «libertinaje hard». El martes, Pelicot comenzó sus interrogatorios, ante el Tribunal de Aviñón, reconociendo todos sus delitos sexuales: «Soy un violador, como todos los acusados presentes en esta sala».
El miércoles, el interrogatorio de Maréchal comenzó repasando las declaraciones del acusado durante la instrucción del proceso, comenzando por atroces revelaciones sobre su infancia.
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Gisèle Pelicot manda un mensaje de apoyo a las víctimas de violencia sexual
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Cilia Maréchal (53 años), la esposa del antiguo camionero de una cooperativa agrícola, cuenta su historia de este modo: «Mi marido me violó en muchas ocasiones. Un día me descubrí desnuda. Mi marido y su amigo Pelicot me miraban con ojos lúbricos. El amigo se escapó por la ventana. Cuando mi marido intento poseerme, lo rechacé y le pedí que no volviera a tocarme nunca«. La esposa no pidió el divorcio, «por razones económicas, no tiene ingresos propios».
Los testimonios policiales y familiares sobre Maréchal, desentierran una infancia atroz. Un padre «bestial» que podía atar a sus hijos para pegarles, borracho, «obseso sexual». La madre, alcohólica, que el marido «ofrecía» a otros hombres, cuando ella se encontraba en estado de coma etílico. La madre murió de cirrosis, una de sus hermanas se suicidó, otra se convirtió en una «drogata perdida».
Con esos antecedentes, Maréchal, tuvo una vida sexual «errática», de los burdeles de carretera a la visita de páginas web porno hard. A través de una de esas páginas conoció a Pelicot. Nació entre ellos una complicidad profunda.
Pelicot pudo «influir» en Maréchal, que violó a su esposa, solo o en compañía (detalle por dilucidar), presentado como «discípulo» en el proceso que juzga a los violadores de Gisèle Pelicot, drogada, durante diez años.
«He sido un violador. Lo lamento. He querido y quiero a mi esposa», afirma Marèchal. Intentando «explicar» sus comportamientos, agrega: «Mi juventud fue una vergüenza, alcohol, sexo, mucho silencio». Maréchal reconoce merecer «un castigo duro« por los »actos innobles« cometidos contra su esposa y la esposa de Pelicot.
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