Bajas por paternidad: ¿tiempo para el cuidado del bebé o para ver el fútbol?

Un estudio analiza el uso del tiempo durante los permisos y su conclusión es que se reproducen roles de género. La muestra es lo ocurrido en el Mundial de Qatar'22

El PP propone dar 26 semanas a los padres o madres solos

Un hombre pasea a su bebé en el parque de El Retiro de Madrid junto a su pareja EP

El estudio que acaban de publicar tres investigadores, Libertad González, Luis Guirola y Laura Hospido sobre el uso del tiempo que hacen los padres y madres durante los permisos por nacimiento contiene conclusiones que no van a gustar a todos. Tampoco sirven para ... la generalidad, pero sí que demuestran que «al menos una fracción de los hombres utilizan el permiso de paternidad para fines no relacionados con el cuidado de los hijos», que es para el que fueron concebidos, tales como prolongarse vacaciones, hacer planes de ocio o ver un mundial de fútbol.

González, catedrática de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, señala a ABC que también deducen que «se perpetúan los roles de género del padre proveedor y madre cuidadora» como antaño, pese a lo avanzado de los permisos en países como España –16 semanas por progenitor– y de que esta licencia de paternidad ha concebido como un «instrumento político muy popular» para romper la brecha de género en el mercado laboral. Lejos de ello, como avalan los datos oficiales, más del 84% de las excedencias y la mayoría de reducciones de jornada siguen cogiéndolas las madres y éstas son –dictamina también este trabajo– «las principales cuidadoras del niño durante los primeros años de su vida».

El 70% coge el permiso completo

La economista desgrana que el punto de partida fue examinar el grado de utilización de estos permisos que existen desde 2007 en España y que entre 2017 y 2021 se han visto consecutivamente agrandados, hasta equipararse en 16 semanas, seis de ellas a cogerse obligatoriamente tras el parto. «Alrededor del 70% de los padres cogen las dieciséis semanas pese a que solo seis son obligatorias. Teniendo en cuenta que hay gente que por no trabajar no puede tomarlos remunerados, el porcentaje es elevado y es un éxito como sociedad».

«Pese a la simetría del permiso, la madre sigue siendo la principal cuidadora de los hijos» en la primera etapa de su vida

Segundo paso. Para qué se está usando el tiempo de esos cuatro meses y cómo, si se fraccionan o no. El permiso nació para minimizar la desigualdad entre los dos padres y su reentrada al mundo laboral; también como una fórmula útil para que se repartan las tareas domésticas y el cuidado de los bebés que han llegado nuevos a un hogar, aunque, como apuntaba la catedrática, la investigación ya adelanta que no están siendo «lo suficientemente efectivos en la coparticipación».

En concreto, según detalla la profesora González, con las cifras correspondientes a los permisos de 2021, 2022 y 2023 de la Seguridad Social, a los que tuvieron acceso siempre anonimizados y bajo confidencialidad, examinaron con reglas estadísticas y con el número de nacimientos en qué porcentaje aumentaban los permisos de paternidad durante un gran evento deportivo con mucho tirón en España. Se fijaron en el Mundial de Fútbol de Qatar 2022, que tuvo lugar entre los días 20 de noviembre y 18 de diciembre.

El incremento fue, comparativamente a los días anteriores, posteriores, al mismo periodo del año anterior y del año siguiente, de más de un 1,3%, «hubo un exceso diario de más de 1.100 hombres» sobre los 85.000 habituales y que correspondían. «No son todos –relativiza la investigadora–; son una parte. Priorizan otros asuntos al cuidado infantil. También observamos que no se produce ningún fenómeno semejante en los años estudiados en los permisos de paternidad de hombres autónomos, con horarios más flexibles, ni entre las mujeres con sus permisos de maternidad. Las madres tienden a tomarse las 16 semanas completas consecutivas.

Los autores insisten en que el propósito de la investigación, que ha publicado la escuela de economistas Barcelona School of Economics, no era en ningún caso desmontar las bonanzas de la baja. De hecho, un estudio reciente en Suecia respalda que la flexibilidad del permiso que toman los padres mejora la salud mental de las madres. Lo que se documenta y discute es el uso del tiempo y si ellos, por ejemplo, «programan estratégicamente sus vacaciones con fines de ocio». Y la respuesta es que también. Por cierto que un análisis similar en Noruega calca, allí, los resultados.

«Se necesitan más herramientas»

Aquí, el estudio indica que los padres flexibilizan más sus permisos para prolongar el verano o tiempo de ocio en relación a las madres, lo fragmentan en varios tramos (un 25% de ellos frente a un 3% de ellas) y amoldan con semanas de trabajo parcial cuando casi no ocurre entre las progenitoras (un 9% por un 2%).

Los resultados obtenidos disparan contra la línea de flotación de este instrumento como palanca clave para lograr la corresponsabilidad familiar. «Por un componente cultural u otro, se evidencia que se necesitan más herramientas», apunta Libertad González. Y en el trabajo sugieren diseñar «políticas adicionales que apunten directamente a las normas de género, o promover acuerdos laborales más flexibles».

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