El anillo de fuego del Pacífico, el epicentro del terremoto que tiene en vilo a todo el océano
Se trata de una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta y abarca lugares como Estados Unidos, Japón, Chile y Taiwán
Un potente terremoto de 8,8 al este de Rusia desata las alarmas de tsunami en el Pacífico
Alba García
La Tierra volvió a recordar su fuerza la madrugada de este miércoles desde el corazón del anillo de fuego del Pacífico. Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, generando un tsunami con olas de hasta ... cuatro metros y desencadenando una cadena de advertencias y evacuaciones a lo largo de todo el Océano Pacífico. La sacudida, considerada la más intensa en la región desde 1952, ha dañado edificios y provocado escenas de alarma en una de las zonas más sísmicamente activas del planeta.
En Estados Unidos, las autoridades de Hawái y California emitieron alertas inmediatas, instando a la población a alejarse de las playas y zonas bajas. Las primeras olas han llegado a la isla de Maui, en Hawái, confirmando el alcance del fenómeno más allá de las fronteras rusas.
Riesgo de tsunami
tras el terremoto de Kamchatka
Aviso
Alerta
Entre 1 y 3 m
Riesgo de olas
(altura)
Entre 0,3 y 1 m
Menos de 0,3 m
Actividad sísmica en el Pacífico
en las últimas 24 horas
Líneas de fallas
Columbia Británica
(Canadá)
Islas
Aleutianas
(EE.UU)
Frontera
Oregón y
California
Kamchatka
(Rusia)
8,8
Japón
Hawái
(EE.UU)
Guam
Taiwán
Samoa
Fiyi
Zona ampliada de Kamchatka
Intensidad del sísmo
2,6-3,4
3,4-4,2
4,2-5
5-5,8
5,8-6,6
6,6-7,4
7,4-8,2
8,2-9
Península
de Kamchatka
Rusia
Mar de
Okhotsk
EE.UU
Epicentro
Magnitud
8,8
Profundidad
20,7 km
Mar de
Bering
200 km
Fuente: NOAA / USGS
ABC
Riesgo de tsunami tras el terremoto de Kamchatka
Aviso
Alerta
Riesgo de olas (altura)
Menos de 0,3 m
Entre 0,3 y 1 m
Entre 1 y 3 m
Actividad sísmica en el Pacífico en las últimas 24 horas
Líneas de fallas
Islas
Aleutianas
(EE.UU)
Columbia Británica
(Canadá)
Kamchatka
(Rusia)
8,8
Frontera Oregón
y California
EE.UU.
Japón
Hawái
(EE.UU)
Taiwán
Guam
Papúa
Nueva
Guinea
Samoa
Fiyi
Australia
Zona ampliada de Kamchatka
Intensidad del sísmo
2,6 - 3,4
3,4 - 4,2
4,2 - 5
5 - 5,8
5,8 - 6,6
6,6 - 7,4
7,4 - 8,2
8,2 - 9
Península
de Kamchatka
Rusia
Alaska
(EEUU)
Mar de
Okhotsk
Epicentro
Magnitud
8,8
Profundidad
20,7 km
Mar de
Bering
200 km
Fuente: NOAA / USGS
ABC
Kamchatka y el Lejano Oriente ruso forman parte del conocido Anillo o Cinturón de Fuego del Pacífico, una vasta y peligrosa cadena tectónica de 40.000 kilómetros de longitud que rodea el océano homónimo. Este cinturón concentra cerca del 90 % de toda la actividad sísmica global y alberga más de 450 volcanes activos, así como algunas de las fosas oceánicas más profundas del planeta, como las Marianas, Java y Aleutianas.
Pese a la magnitud extraordinaria del sismo, su impacto en superficie fue menor de lo esperado. «Debido a ciertas características del epicentro, la intensidad del temblor no fue tan alta como cabría esperar de tal magnitud», explicó Danila Chebrov, director del Servicio Geofísico de Kamchatka, a través de Telegram. Aun así, las réplicas continúan y su intensidad se mantiene elevada, aunque los expertos descartan por el momento nuevos movimientos de mayor fuerza.
El Anillo de Fuego es el epicentro invisible del drama sísmico mundial. Según National Geographic, en esta región convergen varias placas tectónicas —entre ellas la del Pacífico, la de América del Norte, la de Nazca, la de Filipinas y la de Australia— que se deslizan, chocan y se hunden lentamente bajo otras capas de la corteza terrestre. Ese constante fricción y acumulación de tensión se libera periódicamente en forma de terremotos y erupciones volcánicas, configurando un paisaje de inestabilidad natural con consecuencias muchas veces trágicas.
Además de Rusia y Japón, una extensa lista de países bordea este anillo volcánico que rodea el Pacífico y concentra la mayor parte de la actividad sísmica y volcánica del planeta. En América, se extiende desde Chile y Argentina hasta México, pasando por Perú, Ecuador, Colombia, América Central y la costa oeste de Estados Unidos y Canadá. En Asia y Oceanía, la línea de fuego atraviesa Filipinas, Taiwán, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Nueva Zelanda y varias islas del Pacífico Sur. Todos ellos comparten una geografía marcada por la inestabilidad tectónica, con frecuentes terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.
Esta franja sísmica no solo define el paisaje físico de estos países, sino también sus estrategias de prevención, su arquitectura, su cultura del riesgo y su capacidad de resiliencia frente a la furia imprevisible del planeta.
Tras el Anillo de Fuego, la segunda región más sísmica del planeta es el llamado Cinturón Alpino, que atraviesa Asia desde Indonesia hasta Europa, pasando por el Himalaya y el Mediterráneo. Pero esta vez, una vez más, ha sido el Pacífico quien ha hablado, recordándonos que bajo nuestros pies la Tierra nunca está realmente en reposo.
Más terremotos en el Anillo de Fuego
No es casualidad que algunos de los terremotos más devastadores de la historia moderna hayan ocurrido en las zonas que rodean el Océano Pacífico, una región conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico. Esta área se caracteriza por una intensa actividad sísmica y volcánica, resultado de la constante interacción entre varias placas tectónicas que forman los límites de la cuenca del Pacífico.
Entre los terremotos más significativos se encuentran el de Chile en 1960, el más fuerte registrado hasta ahora con una magnitud de 9.5, que provocó un tsunami con impactos en todo el Pacífico y causó miles de muertes y enormes daños materiales. Otro ejemplo destacado es el terremoto de Chile en 2010, con una magnitud de 8.8, que afectó severamente la zona central-sur del país y generó un tsunami local.
Además, el terremoto submarino en el Océano Índico en 2004, con una magnitud cercana a 9.3, generó uno de los tsunamis más mortíferos de la historia moderna, afectando países del sudeste asiático y la costa este de África, con un saldo de más de 230,000 personas fallecidas.
Finalmente, el terremoto de Japón en 2011, con una magnitud de 9.0, desató un devastador tsunami que causó miles de muertos y un grave accidente nuclear en la planta de Fukushima, demostrando nuevamente la fuerza destructiva que puede tener esta actividad geológica.
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