La «generación smartphone» solo descansa a la hora de la cena
Internet cambia con los móviles: en 2016 se habrá multiplicado por diez el tráfico de datos en estos dispositivos
La «generación smartphone» solo descansa a la hora de la cena
Un informe global realizado por Ericsson a partir de encuestas con usuarios de iPhone y Android en diferentes regiones del mundo concluye que la «generación smarthphone» utiliza sus móviles (sin contar las llamadas) a todas horas y en cualquier circunstancia, con el único valle del tiempo de la cena, cuando «solo» lo sigue manejando el 32 por ciento .
El día a día de los propietarios de «smartphones» los retrata como «siempre conectados». El 38 por ciento lo enciende sin levantarse de la cama; el 69, en los desplazamientos; el 62, en la comida; el 60 después de la cena, mientras ve la televisión; y el 50 aún sigue con el móvil en la cama, con el e-mail, las redes sociales o las últimas noticias. En todos los casos no se cuentan las llamadas telefónicas, convertidas en una utilidad menor .
En el baño
El trabajo de Ericsson no se mete en el cuarto de baño, pero, según Nielsen, que sí preguntó por este extremo en un informe de hace unos meses, el 28% se sienta en la taza con el teléfono. «Lo consulto continuamente, incluso al volante o en la cena. Mi mujer, mientras tanto, también teclea en el suyo. No soy de aparatitos, pero los nuevos móviles me han cambiado la vida», asegura Miguel Ángel, de cuarenta y cinco años, responsable de una agencia de comunicación.
Los teléfonos inteligentes (los dispositivos móviles en general, incluidas las tabletas) salpimentan nuestros días (vean el gráfico que ilustra esta página), pero también las previsiones de negocio de las grandes empresas del sector. En el mismo informe de Ericsson se lee que el tráfico de datos se multiplicará por diez desde 2011 hasta 2016. «El futuro de internet está en la tecnología móvil» , suele decir Javier Rodríguez Zapatero, director de Google España, entre otros muchos expertos.
La rapidez con que se han colado los «smartphones» en nuestra cama o en el baño está directamente relacionada con la explosión del mercado de las aplicaciones. Vivimos en «el increíble mundo de las aplis», útiles para todo: para enviar mensajes gratis, seguir el pulso de las redes sociales, consultar el tiempo o la Bolsa, el e-mail... Según la firma de investigación IDC, en 2011 se llegará a los 29.000 millones de aplicaciones descargadas (en 2010 fueron 9.000 millones), lo que da idea de la proporción del fenómeno.
España es uno de los países donde la fiebre por los móviles inteligentes alcanza una temperatura más alta. Según un estudio de Ipsos Media para Google en treinta países, el 33 por ciento de los españoles navega en internet con su móvil, más que en el Reino Unido (30 por ciento), Francia (27) o Italia (24). ¿Qué hacemos en ese tiempo? Navegar (91 por ciento), reproducir vídeos (72), consultar las redes sociales (43)... y comprar (20).
Sin necesidad previa
«El uso de internet móvil se caracteriza por una consulta ociosa, (chequeo del email, redes sociales, búsqueda de información, chatear, prensa, juegos, descargas), con un consumo impulsivo y fiel, que surge sin premeditación ni necesidad previa», aseguran los expertos de IAB Spain.
La irrupción de los «smartphones» ha llegado en forma de lluvia torrencial. Cada mes se modifican al alza todas las cifras . Es así en todas las edades, pero sobre todo entre los adultos jóvenes. Según una encuesta realizada por Nielsen en Estados Unidos, el 62 por ciento de los usuarios de móviles de 25 a 34 años tiene un teléfono inteligente. De 18 a 24 años y de 35 a 44, la tasa de penetración ronda el 54 por ciento. Les llaman la «generación app», un grupo que pasa más tiempo en aplicaciones y entornos cerrados (modelo Facebook) que en la web abierta que hemos conocido hasta ahora (modelo Google).
La avalancha de dispositivos móviles apenas acaba de empezar. Según Rodríguez Zapatero (Google), en España hay quince millones de teléfonos con acceso a internet, y más de la mitad se dio de alta en el último año. Muchos, además, cambian de terminal cada año y medio. ¿Cómo afectará ese escenario a la «web», a la navegación en ordenadores fijos, a la presencia «on line» de las empresas?
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