El Templo de los Tigres de nuevo en el punto de mira de los ecologistas

El Templo de los Tigres acoge cada día a cientos de turistas que se desplazan hasta allí para poder ver, acariciar e incluso fotografiar de cerca a los felinos. La entrada tiene un precio de 600 baht , unos 15 euros aproximadamente, importe supuestamente destinado al cuidado y alimento de los animales. La tradición cumple ya más de diez años y desde entonces los monjes se ocupan de tigres que no cuentan con las condiciones necesarias para poder vivir en libertad y sobrevivir. A día de hoy, el templo alberga un gran número de estos felinos, además de otras especies animales como caballos, jabalíes o monos.

Sin embargo, los grupos ecologistas denuncian esta práctica catalogándola como una explotación del animal como reclamo turístico, más que como una obra de caridad motivada por la preocupación por la vida del tigre. Así lo denunciaba ya  « Care for the Wild International », organización para el cuidado de los animales, que elaboró un informe tras llevar a cabo una investigación acerca del tratamiento que estos recibían en el templo. En él acusaba a los monjes de tráfico ilegal de tigres, maltrato físico sistemático e interacciones de alto riesgo entre las fieras y los turistas.

El vídeo, captado por un turista que visitó el lugar recientemente, ha causado un gran revuelo y muchos lo consideran ya como una prueba evidencial ante la denuncia de la organización. En las imágenes se puede ver cómo los turistas provocan a los animales con un palo al que se le ha atado previamente una bolsa con comida. Así, los grandes felinos intentan alcanzarla sin éxito, lo que lleva a pensar directamente a que no se encuentran en condiciones normales, puesto que cualquier animal de este tipo atacaría ferozmente ante tal provocación.

Sybelle Foxcroft , una bióloga australiana que trabajó en el templo durante varios años, asegura al diario «The Sun» que el estado en el que se encuentran los animales no es bueno. La mayor parte de los tigres sufren desnutrición severa , además de diversas enfermedades provocadas por la dieta que siguen, en la que no se incluye en ningún caso la carne roja. Esto implica que los animales acaben teniendo las piernas dobladas, el lomo arqueado o padezcan anomalías en el organismo . Asimismo, el ejercicio que realizan es prácticamente nulo y la atención veterinaria que reciben no es la adecuada.

Al ver las imágenes de la polémica, la australiana está convencida de que los animales que aparecen en él han sido drogados antes del contacto con el público. Sobre el tiempo que estuvo trabajando para los monjes, ha comentado que antes de realizar cualquier actividad con los turistas los tigres recibían alimento que «únicamente podía ser preparado por el personal tailandés del templo y que les causaba bastante somnolencia» . Como bióloga silvestre ha tenido bastante contacto con tigres y ante la sospecha de que estos podían ser drogados decidió examinarlos. «Sus ojos estaban dilatados a plena luz del sol, eran apáticos, sus lenguas colgaban sin fuerzas, y podría básicamente haber hecho cualquier cosa con ellos que no iban a reaccionar en unas dos o tres horas », explicaba Foxcroft.

La opinión ha sido compartida por Phil Davies , fundador del grupo Tiger Awareness , que tras visionar el vídeo también ve ciertos síntomas anómalos en los felinos que advierten que podrían estar drogados. «Si no estuvieran drogados no estarían ni cerca de la gente», asegura Davies.

Gracias a las investigaciones realizadas y a pruebas visuales como este vídeo, hasta 39 grupos de conservación animal, entre los que se encuentra «World Wildlife Fund» (WWF) , la mayor organización conservacionista independiente del mundo, se han puesto en contacto con las autoridades tailandesas para acabar con esta práctica. Además de la lucha legal, Davies cree que la colaboración de los turistas es imprescindible : «tratamos de advertir a la gente y hacer que tome conciencia de lo que sucede en el templo».

El Templo de los Tigres sólo es un ejemplo de los muchos lugares que se dedican a la explotación animal con fines lucrativos. Tailandia es actualmente el mayor centro de tráfico de animales de todo el mundo debido a su estratégica localización y a la cantidad de especies exóticas que habitan en el lugar, que son cada vez más reclamadas en el mundo occidental.