UN AÑO DE LA CATÁSTROFE DEL GOLFO DE MÉXICO

Los pescadores tardan en cobrar las indemnizaciones por el vertido del Golfo de México

Un año después de la explosión de una plataforma frente a la costa de Luisiana, el 30% de las reclamaciones siguen sin ser atendidas

EMILI J. BLASCO

EMILI J. BLASCO

La carretera que sigue el bajo curso del Misisipi está llena de letreros. «¿Aún no ha cobrado la indemnización? Llame al teléfono...» Un año después de la explosión de la plataforma de BP en el Golfo de México , el 30% de las reclamaciones ... siguen sin ser atendidas . Y de los 20.000 millones de dólares que la multinacional petrolera entregó al Gobierno estadounidense para las indemnizaciones, sólo se han repartido 3.800 millones de dólares.

«Algunos pillos se han hecho de oro, pero la mayoría hemos salido perdiendo» , asegura un pescador a bordo del «Mac Attack», un barco anclado en los muelles de Golden Medow, en el delta del Misisipi. Unos no han presentado documentos suficientes para sustentar la reclamación, otros lo han dejado en manos de abogados que ya ha cobrado sus minutas sin que el interesado haya visto aún el dinero. En total, 405.542 personas presentaron reclamaciones de modo individual y hubo 99.256 peticiones de indemnización por parte de sociedades.

La agencia del reparto del dinero depedende del Gobierno, pero ha sido acusada por algunos pescadores de actuar en favor de BP por su cicatería. No obstante, un juez federal ha establecido que, aunque la agencia pueda beneficiar a BP, toma las decisiones sobre las reclamaciones de modo independiente.

«Algunos pillos se han hecho de oro, pero la mayoría hemos salido perdiendo»

Entre los perdedores están muchos de los 30.000 residentes de origen vietnamita que se extienden por el Golfo de México. Uno de ellos, de pocas palabras -las suficientes, sin mencionar su nombre, para decir que él no quiso perder tiempo en papeleo- anda preparando varios anzuelos en los accesos al puerto de Fourchon, desde donde se atienden muchos de los servicios requeridos por las plataformas petrolíferas de altamar.

La zona ha vuelto a su actividad habitual tras los meses que siguieron al desarrame de crudo. En la actualidad, de las 88.522 millas cuadradas que en su día se vieron afectadas, sólo 1.041 están cerradas a la pesca.

Para el turismo todas las playas están ya abiertas . Janet Gautreaux, de la oficina de turismo de Lockport, cuenta que en los tres meses en que estuvo ardiendo Deepwater Hoziron de BP, gran parte de la línea de costa estuvo cerrada y miles de turistas evitaron este destino. «Pero esto ya se ha recuperado, y la gente ha vuelto aquí, porque además no sólo se puede pescar, sino que las marismas son ricas en variedad de pájaros y mariposas». También existe un interés gastronómico y cultural en esta región de Louisiana, conocida como «cajun country», donde existe una clara herencia de la comunidad de origen francés que llegó del Canadá.

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