El Gobierno canario rectifica y retrasa el regreso de los desalojados por el volcán

Lo cierto es que durante el día, la atención en la «isla del meridiano» se centró en el posible regreso a sus domicilios de los vecinos de La Restinga, lo que ha deparado cierta polémica, incluso entre científicos, por la posibilidad de que tal medida sea prematura, a tenor de la velocidad con la que se desarrolla el fenómeno.

De cualquier forma, y pese a que el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, anunció el domingo que el realojo de los vecinos de la población se efectuaría «en las próximas 24 horas», lo cierto es que aún ayer la localidad costera del municipio de El Pinar continuó siendo un pueblo fantasma. Precisamente hacia la una de la tarde, el mismo Rivero reanunció la vuelta de los vecinos a sus casas para «mañana» (por hoy), cuando aún no se había celebrado la última reunión del Plan de Emergencias de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca). Su comité de dirección decidió anoche posponer hasta hoy la decisión de autorizar el retorno de los vecinos de La Restinga, hasta comprobar que el fuerte olor a azufre en la zona no causa molestias a la pobla ción. Sí se autorizó la apertura del túnel de los Roquillos (principal vía de comunicación entre Valverde y Frontera), porque ha descendido la posibilidad de que se produzcan seismos de magnitud 3 o 4 y, con ello, el riesgo de desprendimientos.

El cambio de las corrientes está acercando cada vez más la mancha a la costa. Según el director general de Seguridad y Emergencias de Canarias, Juan Santana, las emanaciones que surgen de la mancha no son tóxicas, pero sí podrían provocar molestias debido a su fuerte olor a azufre.

El presidente del Cabildo Insular de El Hierro, el socialista Alpidio Armas, tras reunirse con una treintena de vecinos realojados en la residencia escolar de Valverde, aseguró que no se forzará el regreso de quienes teman posibles consecuencias, que en el caso de aquellos que aún ayer dormían en el centro docente eran la práctica mayoría. Respecto de aquellos otros ciudadanos de La Restinga que viven ahora en segundas residencias de El Pinar, su discurso era similar y parece poder más el temor ante el riesgo volcánico que las ganas de volver a sus casas.

De modo que lo que el domingo parecía iba a ser un regreso inminente, tras el anuncio del presidente canario, amenazó ayer con frustrarse por las reticencias y los temores de los residentes en el núcleo costero , que entienden tan precipitada la evacuación que en apenas dos horas sufrieron el pasado martes como el intento de realojo del Ejecutivo autonómico.

Y mientras la evolución del fenómeno eruptivo pareció tomarse cierta pausa, la mancha verde fruto de la desgasificación del magma continuó extendiéndose por el litoral herreño, en dirección hacia el faro de Orchilla. Desde el mirador de Tarajana, enclave turístico del sur de la isla y ahora también lugar de peregrinación de periodistas y curiosos que buscan un nuevo punto de vista, podía comprobarse como el Mar de las Calmas había perdido ya su habitual manto azul para dejar paso a tonos verdes y magentas.

De igual forma, el «agujero» que en la superficie del agua era de alrededor de un metro de diámetro el sábado, había crecido ayer en tamaño, lo que incluso podía apreciarse desde distintos puntos de El Pinar.