Los profesores piden que se aumenten las plantillas para dar clase online y presencial como propone Celaá

En este sentido, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón , que le parece « bien la propuesta siempre que los 15 niños estén en un aula pensada para 30; si en esa aula caben solo 15 no resolvemos el problema », dijo el experto. «Estamos en la misma situación que otras congregaciones de personas; el mecanismo de transmisión es el que es, el coronavirus no viaja kilómetros por el aire, por lo que si mantenemos las medidas de precaución los riesgos se reducen muchísimo. Por lo tanto, nos interesa garantizar que cualquier grupo mantenga las distancias por lo que mientras estén en clase tendrá que haber alguien que vigile, al igual que en el patio», añadió.

Sin embargo, en el ámbito educativo la propuesta no ha parecido tan acertada. «Es inviable ahora mismo a no ser que estén dispuestos a duplicar plantillas», señala Nicolás Fernández Guisado , presidente del sindicato de profesores ANPE, quien asegura, además, que «en todo este tiempo los profesores no hemos sido consultados sobre ninguna de estas medidas». Guisado señala que «hay tiempo para elaborar una vuelta a las aulas consensuada que ha de hacerse primero en el seno de la conferencia sectorial entre la ministra y los consejeros y, después, en la mesa sectorial de educación negociándolo con los legítimos representantes del profesorado».

Comisiones Obreras rechaza la medida y también reclama diálogo y aumento de plantillas: «Lo que tiene que hacer la ministra es convocar a las organizaciones sindicales representantivas del profesorado para hablar de estas cosas, no parece razonable que nos enteremos por los medios. La medida es difícilmente practicable sin un incremento sustancial de las plantillas, porque el profesorado no puede doblar su jornada. Por eso hace falta un plan de inversiones en educación», señaló Paco García , secretario general de la Federación de Enseñanza de CC.OO.

Por su parte, Mario Gutiérrez , presidente de CSIF Educación critica «la continua improvisación. Se necesita un plan y debe empezar a trabajarse en él desde ya. No se puede abordar con continuas ocurrencias. El plan debe establecerse con medios materiales y humanos». En la misma línea que Guisado y García, apunta que «con los medios actuales es imposible abordar la reducción de ratios necesaria. Se necesita abordar el aumento de plantillas para ponerlo en marcha. En ningún caso podemos admitir que el profesorado doble su jornada con actuación presencial y online al mismo tiempo además de los problemas organizativos que acarrearía».

Javier Muñoyerro , secretario general del sindicato de profesores de la privada-concertada y atención a la discapacida (FSIE), ha dicho que «respeta las decisiones que parten de la administración pero pedimos por favor claridad y homogeneidad en todos los territorios. Si acude el 50 por ciento de los alumnos no sabemos si será de forma voluntaria o no, no sabemos qué pasa con los que vienen, con los que no vienen ese día y los que se quedan...Necesitaríamos tres grupos de docencia». Muñoyerro se pregunta además si se van a seguir los mismo criterios de evaluación para todos esos grupos.

Luis Centeno , secretario general adjunto de Escuelas Católicas señala que «las medidas anunciadas ayer nos parecen poco realistas, imprecisas y de una complejidad enorme» y también dice que estas «estarían supeditadas a las indicaciones de Sanidad que desconocemos, y que requerirían un aumento de plantillas».

Guisado apuntó como opción «flexibilizar turnos y horarios de entradas y de salidas, pero lo que no es viable es que el profesorado atienda a dos grupos al mismo tiempo unos en el centro y otros en casa». García señala que «parece evidente que no van a poder estar todos los alumnos a la vez el mismo día porque no caben, no hay el doble de aulas para repartirlos ni el doble de profesores (¿ahora tenemos 700.000 ¿van a contar en total con 1.400.000?), habrá que regular que unos puedan ir un día, otros otro...».

Por otro lado, Educación señaló a ABC que «está trabajando con las comunidades para organizar el principio del próximo curso». Sin embargo, el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid , Enrique Ossorio, dijo que «no es cierto que el ministerio está estudiando este tema con las autonomías. Sería deseable que estas cuestiones se debatieran en las reuniones sectoriales. Quizá pueda hablarse en la próxima que se celebrará el jueves 14 . No obstante, lo que se plantea no sería competencia de Educación, salvo que en septiembre sigamos en estado de alarma y el Gobierno pueda seguir gobernando a través de órdenes ministeriales».

En cuanto a la propuesta, dijo que «no es una respuesta meditada ni acertada. Solo en Bachillerato o en los últimos cursos de la ESO podría plantearse simultanear la educación presencial con la educación online. En infantil y primaria resulta es imposible porque en esas etapas la estancia en el centro educativo es fundamental ya que muchos de los aprendizajes se adquieren precisamente en esas edades mediante la continua interacción del profesor con los alumnos, algo que difícilmente se puede conseguir a distancia».

Los padres de la pública, agrupados en la Conferedación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) , no han querido valorar la medida. «No vamos a entrar a valorarlo hasta que haya algo concreto sobre la mesa. Aunque bien es cierto que habrá que empezar a planificar con toda la comunidad educativa qué hacer el próximo curso, ahora mismo tenemos problemas más urgentes sobre la mesa: cómo se realizará la EBAU para garantizar la seguridad del alumnado o cómo se facilitará la conciliación familiar, un problema que arrastramos desde siempre, pero que se ha agravado en estas circunstancias».

Por su parte, los padres de la pública, agrupados en la Conferedación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), no han querido valorar la medida. Mientras que Pedro Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (Concapa), dijo que «se necesita urgentemente una hoja de ruta con normas claras y precisas para afrontar con plenas garantías sanitarias la incorporación de nuestros hijos a las aulas. Todas esas medidas deben de ir sustentadas con un documento de trabajo, instrucciones y resumen presupuestario que, de momento, no tenemos y que nos hacen dudar de su posible implantación. Por otro lado, crea un verdadero problema de conciliación laboral-familiar al no poder las familias realizar los ajustes oportunos y necesarios para abordar esta nueva situación educativa de nuestros hijos y que nos repercutirá muy negativamente en el futuro. Está claro que todos nos debemos de adaptar a la nueva situación que vivimos, pero desde el diálogo y el consenso, no desde la imposición».