Portugal recibe a Benedicto XVI aferrado a la fe en medio de la crisis

Para el cardenal Patriarca de Lisboa, José Policarpo, esta visita es una oportunidad «única» para «la vivencia de la fe», ya que con el Papa llegará la «calma y la serenidad en tiempos de crisis».

Despliegue de seguridad

La estancia de Benedicto XVI se ha cuidado con todo detalle. A su llegada al aeropuerto de Lisboa será recibido por un grupo de 32 niños a los que acompañarán autoridades e invitados del Estado y de la Iglesia. Las principales avenidas por las que pasará el Papa móvil se han decorado con carteles e imágenes alusivas al Santo Padre y las autoridades lusas tienen previsto un verdadero despliegue de medios para garantizar en todo momento su seguridad.

En la misa de esta tarde, que tendrá lugar en la céntrica Plaza del Comercio de Lisboa, se esperan cerca de 200 mil personas. A pesar de la crisis los portugueses han demostrado su generosidad y gracias a los donativos de empresas y particulares se van a obtener los 200 mil euros necesarios para organizar la visita en la capital.

En Fátima esta cita también se vive de forma muy especial. El Gobierno ha dado a los funcionarios el día libre para que puedan participar en las celebraciones, mientras que los colegios de Lisboa y Oporto permanecerán cerrados el día que coincida con la visita. Ya en Oporto, se ha pagado hasta 200 euros por alquilar los balcones que dan a la Avenida de los Aliados donde tendrá lugar el viernes la misa que dará por finalizada el viaje de Benedicto XVI. Ayer Carlos Azevedo, coordinador de la visita, reveló una sorpresa: el Papa hablará a los jóvenes desde el balcón del ayuntamiento de esta ciudad.