Portugal inaugura el primer centro de vacunación sin bajarse del coche

La iniciativa, que ya está en marcha, se estrena en el Regimiento de Transmisiones del Ejército, en la franja norte de Oporto, cerca de la zona (y de la playa) de Matosinhos.

Se beneficiarán unas 2.000 personas por día, dentro de un plan que prevé reducir los tiempos de espera gracias a este método, justo cuando los jóvenes son los que más contagios sufren en el país vecino, debido a que son capas de población que todavía no han accedido a la administración de los antídotos y, por tanto, se hallan más expuestos que otras franjas de edad que ya están protegidas.

El alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, señaló que la Corporación municipal tiene intención de ofrecer todo su apoyo para que la actividad cotidiana del nuevo centro sea un éxito completo.

Precisamente, la capital portuguesa del vino es una de las que observa un comportamiento más negativo y, de hecho, engrosa la lista de ciudades que han tenido que recular e instaurar de nuevo el toque de queda nocturno.

La razón no es otra que el avance vertiginoso de la variante delta del coronavirus. De ahí que el segundo núcleo humano del país afile las garras para combatir la pandemia y no tener que lamentar una situación como la que agrava las cosas en Lisboa.

Varios ministros (incluidas la de Presidencia y la de Sanidad) hablan sin tapujos de que la infección está fuera de control y a nadie se le ocurre lanzar mensajes a los ciudadanos acerca de que pueden suprimir abiertamente la mascarilla en exteriores.

El Hospital de Sao Joao de Oporto, que se suma al Hospital lisboeta de Santa María como epicentro nacional del combate a la pandemia, ha visto cómo los ingresos en sus unidades de cuidados intensivos se multiplican en los últimos días… hasta el punto de que la Dirección General de la Salud cuantifica el repunte en estas dependencias como entre el 40% y el 50%.

Con todo, se supone que lo peor está todavía por venir a cuenta de la nueva y virulenta cepa. La consecuencia puede ser que el pico se alcance a finales de agosto.