El Papa envía dos cardenales a Ucrania y el Vaticano se ofrece como mediador

El primero, el cardenal Konrad Krajewski salió del Vaticano para atravesar la frontera a través de Polonia, antes de que el Papa lo anunciara este domingo en el ángelus; y el segundo, Michael Czerny, llegará mañana a la frontera con Hungría.

Michael Czerny es un experto en crisis de refugiados, pues es el brazo derecho del Papa para cuestiones relacionadas con las migraciones forzadas. Sabe lo que significa escapar de la guerra, pues nació en 1946 en la antigua Checoslovaquia, y cuando tenía 2 años su familia emigró a Canadá. Además, es prefecto «ad interim» del departamento para el Desarrollo Humano Integral, que se ocupa de la justicia social.

Konrad Krajewski es polaco, y como «Limosnero de Su Santidad» (responsable de sus obras de caridad), lleva a Ucrania un cargamento de ayuda humanitaria para la población. Hoy ha visto personalmente las labores de acogida en torno a la ciudad de Dorohusk, prácticamente una triple frontera entre Polonia, Ucrania y Bielorrusia. Ahora se dirige a Przemysl, a medio camino entre Cracovia y Leópolis, y principal punto de entrada para madres y niños que escapan de la guerra.

El viaje de los dos purpurados es un mensaje del Papa a Vladímir Puti n. «La presencia de los dos cardenales allí es la presencia no solo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: '¡La guerra es una locura! ¡Deténganse, por favor! ¡Miren qué crueldad!'», explicó este domingo el pontífice durante el ángelus sin mencionar al presidente ruso.

Francisco dice que «la Santa Sede está dispuesta a todo, a ponerse al servicio de esta paz». Y explicó sin concretar más que los dos purpurados van «para servir a la gente, para ayudar» y «para llevar ayuda a los necesitados».

El Vaticano ha aclarado que el programa de los dos cardenales es primero «visitar algunos centros de acogida para los migrantes procedentes de Ucrania en Polonia y Hungría», y que «ambos se dirigen a Ucrania y dependiendo de la situación entrarán en el país en los próximos días».

El cardenal Czerny ha explicado que « planteará su preocupación por que se permita buscar refugio sin discriminación a los residentes africanos y asiáticos en Ucrania, que también tienen miedo y deben escapar».

Francisco denunció el domingo con palabras muy duras que «en Ucrania corren ríos de sangre y de lágrimas», y que «no se trata solo de una operación militar, sino de guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria».

El Papa imploró «que cesen los ataques armados, para que prevalezcan las negociaciones —y prevalezca el sentido común—para que se vuelva a respetar el derecho internacional».

También ayer dio «las gracias a los periodistas que, para garantizar la información, arriesgan sus propias vidas. Gracias, hermanos y hermanas, por este servicio. Un servicio que nos permite estar cerca del drama de esa población y nos permite evaluar la crueldad de una guerra. Gracias, hermanos y hermanas».

El obispo de Roma se está movilizando en varios frentes. Uno de ellos es la apertura de corredores humanitarios; otro, el apoyo a quienes acogen a los prófugos y la atención espiritual a estas personas.

En paralelo, el Papa renueva su ofrecimiento a mediar para obtener un alto el fuego. Lo confirmó este lunes el secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin. Dijo que la Santa Sede «está disponible, si se considera que nuestra presencia y nuestra acción pueden ayudar».

El principal responsable de la diplomacia pontificia invita «en primer lugar, a detener las armas, detener los combates, y evitar una escalada», también en el tono de las declaraciones.