El Papa denuncia en Mozambique «la expoliación y despojo» por empresas extranjeras

Esas duras palabras -pronunciadas ante el presidente Filipe Nyusi, las máximas autoridades políticas y los líderes sociales del país en el palacio presidencial de Ponta Vermelha -, parecían dirigidas en primer lugar a China , cuya presencia en Mozambique y en casi toda África subsahariana es cada vez más fuerte, y cuya agencia de noticias oficial Xinhua, domina el panorama informativo en el continente. Pero también alertaban frente a las empresas norteamericanas e italianas que están explotando los yacimientos de gas natural.

El Papa ha invitado al país, independiente desde 1975 , a dejar definitivamente atrás la violencia y los rencores de dos décadas de guerra entre los gobiernos socialistas del FRELIMO y la guerrilla RENAMO, cuyos líderes firmaron el acuerdo definitivo de desmovilización el pasado mes de agosto en su territorio de Monte Gorongosa, que pasará a ser un parque natural de 4.000 kilómetros cuadrados cuidado por los antiguos guerrilleros.

Según Francisco, logrado ese objetivo, «la paz nos invita también a mirar a nuestra casa común», el medio ambiente , «pues la defensa de la tierra es también la defensa de la vida», especialmente en casos de «expoliación y despojo» a manos de intereses extranjeros.

Mozambique sufre inundaciones periódicas y tremendos ciclones. Los dos de este año -Idai en marzo y Kenneth en abril- han sido especialmente mortíferos y devastadores, por lo que el Papa ha comenzado su discurso a las autoridades con un recuerdo a las víctimas -más de seiscientas- y a los damnificados, que no puede visitar pues las zonas están todavía en reconstrucción precaria.

Desde su llegada al aeropuerto de Maputo el miércoles por la noche, Francisco está visiblemente conmovido por el cariño y entusiasmo que manifiestan decenas de miles de personas en calles con muy poco alumbrado público o en las principales arterias de la capital como la Avenida Vladimir Lenin.

El Papa está leyendo sus discursos en portugués después de haberlo practicado durante el verano y resulta claro que le entienden bien, en especial los diez mil jóvenes participantes en el encuentro interreligioso al filo del mediodía en el pabellón polideportivo Maxaquene.

Le habían recibido con gritos entusiastas de «¡Reconciliación! ¡Reconciliación!» y cantos alusivos a la paz y la esperanza, precisamente los temas que estaba a punto de abordar el Papa.

Pero los jóvenes entendían a Francisco porque les hablaba en su idioma citando, por ejemplo, al famoso futbolista Eusebio da Silva, la «Pantera Negra», que a pesar de nacer en una familia muy pobre y perder a sus padres muy pronto, «perseveró en su pasión por el fútbol y llegó a marcar 77 goles para este club de Maxaquene».

Los aplausos fueron tan intensos como los dedicados a María Mutola cuando el Santo Padre citaba a la corredora de 800 metros «que logró la medalla de oro en los cuartos Juegos Olímpicos en que participó, en Sidney».

El Papa les invitaba a repetir juntos las frases centrales de su discurso como «un país se destruye por la enemistad» o «los ancianos son nuestras raíces», un recuerdo necesario ya que “las ideologías de distintos colores que destruyen y de- construyen» manipulan mejor a los jóvenes invitándoles a ignorar y despreciar la historia de su país.

En el encuentro interreligioso de jóvenes participaban líderes espirituales de todas las confesiones y también líderes políticos, desde el presidente Filipe Nyusi a representantes de todo el espectro político unidos por la idea de consolidar la paz. La armonía era visible, pues la convivencia ha mejorado mucho, excepto por la violencia de los islamistas de Shebabs, en el norte, radicalizados en las últimas décadas.

Aunque hay un trasfondo animista y de religiones naturales, los católicos suponen el 28 por ciento de la población de Mozambique y el conjunto de cristianos llega al 56 por ciento. A su vez, los musulmanes son el 18 por ciento, mientras que los no religiosos y ateos suman otro 18 por ciento.

El programa del Papa incluye por la tarde una reunión privada con representantes de la ciudad de Xai-Xai , sumergida bajo tres metros de agua a causa de las inundaciones del río Limpopo en el año 2.000.

A continuación mantendrá un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas en la catedral de Maputo, al que seguirá una visita privada a la casa de acogida «Mateo 25», que presta ayuda a niños de la calle y otras personas sin techo.