El Papa reclama plena libertad religiosa en la Plaza de la Revolución de La Habana

Más de trescientas mil personas participaron en la eucaristía, celebrada en la gigantesca Plaza de la Revolución, dominada por el altísimo obelisco de José Martí y conocida también por las grandes siluetas del «Che» Guevara y Camilo Cienfuegos.

Refiriéndose a las actividades educativas, Benedicto XVI manifestó el deseo de que «pronto llegue aquí también el momento en que la Iglesia pueda llevar a los campos del saber los beneficios de la misión que su Señor le encomendó y que nunca puede descuidar»

Benedicto XVI centró parte de su homilía en la importancia de la verdad, con una actitud de apertura. Es decir, sin caer en el relativismo pero tampoco en lo contrario «pues hay otros que interpretan mal esta búsqueda de la verdad llevándola a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en ‘su verdad’ e intentando imponerla a los demás».

Esto resulta especialmente importante en el terreno religioso personal, pues «quien actúa irracionalmente no puede ser discípulo de Jesús».

El viaje a México y Cuba ha sido agotador para un Papa a punto de cumplir 85 años, pero ha valido la pena pues y el balance final es muy positivo en ambos países.

A las actividades del programa se añadió, en las últimas horas, un encuentro de Fidel Castro con el Papa, que el líder cubano anunció personalmente el martes por la tarde en una web oficial.