segundo día en benin
El Papa pide a los gobernantes de África que no aplasten la esperanza del pueblo
Benedicto XVI arremete contra la corrupción y afirma que «el poder ciega con facilidad»
En un mensaje dirigido a toda África, el Papa advirtió el sábado a los gobernantes de Benín que «el poder ciega con facilidad, sobre todo cuando hay en juego intereses privados, familiares, étnicos o religiosos». Tras una referencia implícita a la «primavera árabe», Benedicto XVI ... dirigió un vigoroso llamamiento a los responsables políticos y económicos de África: «¡No privéis a vuestros pueblos de esperanza! ¡No amputéis su futuro mutilando su presente!»
Entre el público se encontraba en primer lugar el presidente de la Republica de Benín, Thomas Yayi Boni, quien aprovechó el encuentro del Papa con el gobierno y el cuerpo diplomático para anunciar que abandonará el poder al término de este segundo mandato, sin intentar prolongarlo mediante cambios en la constitución.
En una clara referencia a la «primavera árabe» del norte del continente, Benedicto XVI comento que «en estos últimos meses numerosos pueblos han manifestado su deseo de libertad», y recordó en esa línea «el nacimiento de un nuevo estado», Sudan del Sur.
En tono muy fuerte y claro, el Papa afirmó que «la persona aspira a la libertad y reivindica un gobierno limpio. En estos momentos hay demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción y avaricia, demasiado desprecio y mentiras, demasiada violencia que lleva a la miseria y la muerte».
En un continente afligido por numerosas guerras internas y tribales, el Santo Padre invitó al diálogo entre las religiones para enseñar activamente la paz pues «ninguna religión, ninguna cultura puede justificar la intolerancia y la violencia. La agresividad es una forma de relación arcaica que remite a instintos fáciles y poco nobles».
Para no dejar resquicio a la justificación de la violencia, el Papa remachó que «utilizar las escrituras santas o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras políticas o nuestras violencias es una falta muy grave».
Diálogo de religiones
Por el contrario, las religiones deben vivir en diálogo de buena vecindad y unir fuerzas para solucionar los problemas, pues «la cooperación en el terreno social o cultural puede ayudar a las personas a comprenderse mejor y a vivir juntas con serenidad».
Saliendo al paso de los lideres fanáticos que instrumentalizan en beneficio propio el sentimiento religioso de sus seguidores, el Papa afirmó que «Dios nos ha dado la mano para ofrecer y para recibir. Dios no quiere que la mano mate o que haga sufrir, sino que cure y que ayude a vivir».
Al término del discurso y de un breve encuentro con el presidente Yayi Boni, un cristiano evangélico que procede de una familia musulmana, Benedicto XVI se desplazó cuarenta kilómetros hasta Ouidah, el antiguo puerto del tráfico de esclavos con América, para venerar la tumba de su amigo el cardenal Bernardin Gantin y mantener un encuentro con sacerdotes y seminaristas.
El cardenal Gantin, arzobispo de Cotonou, fue el primer africano llamado a dirigir un departamento de la Curia vaticana cuando Pablo VI le puso en 1971 al frente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Más adelante Gantin fue prefecto de la Congregación para los Obispos y decano del colegio de cardenales, cargo en el que le sucedería el cardenal Joseph Ratzinger.
Encuentro con los obispos
En recuerdo del 150 aniversario del comienzo de la evangelización de esa zona de África precisamente desde el puerto de Ouidah, el Papa firmó en la basílica mariana de esa ciudad la Exhortación Apostólica «Munus Africae», que entregará el domingo a los responsables de las 35 conferencias episcopales del continente.
El programa del sábado por la tarde prevé una visita al Hogar Infantil «Paz y Alegría», donde las Misioneras de la Caridad acogen a niños enfermos y abandonados, y un encuentro con los obispos de Benín en la nunciatura apostólica que sirve estos días de residencia al Papa.
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