Ordenan el confinamiento de cuatro nuevas zonas en Tazacorte ante la posibilidad de que el «tobogán de lava» llegue al mar

En el camino que le queda hasta alcanzar la costa, no caben previsiones, ya que podría tratarse de cuestión de varias horas o apenas unas pocas y alcanzar el mar en la jornada de este lunes . Por un lado, la colada podría tomar velocidad a causa de pendientes pronunciadas que le quedan en su camino, aunque su encuentro con núcleos urbanos podría compensar esta aceleración. En esta ruta, existe una vaguada antes de la montaña de La Condesa, que si bien se espera que la rodee por el norte, podría ser por ambos lados y causar más afección.

Las autoridades solicitan a la población seguir las indicaciones y permanecer en sus domicilios, con puertas y ventanas cerradas , hasta que se vuelva a evaluar la situación. El peligro se ha ampliado a un radio de cinco kilómetros del centro emisor, donde deben extremarse las precauciones ante la posibilidad de momentos de mayor explosividad que pueden generar rotura de cristales.

En este momento, el programa Copernicus cifra en 569 las edificaciones afectadas, 514 destruidas y otras 55 con daños , en el avance de 232,2 hectáreas de colada de lava que ya ha dañados 20,5 kilómetros de carreteras, con 18,1 totalmente destruidas. En la tarde de ayer, la lava alcanzó la iglesia de Todoque, el centro de salud y otras edificaciones que habían sido defendidas en los últimos días.

La estabilización de los indicadores volcánicos ha permitido a los vecinos de Tacande y Tajuya ya hayan podido regresar a sus hogares , de donde fueron evacuados de manera preventiva por la intensificación de las emisiones explosivas del volcán, la posibilidad de que se desmoronase el cono volcánico y por la nube de cenizas y sus peligros para la salud y las edificaciones.

En el encuentro de la lava, con una temperatura superior a los 1.000 grados, con el mar, con una temperatura entorno a los 20 grados, se produce un choque térmico que generará columnas o penachos de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico (HCl) con un importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar.

Estas columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, también contienen a su vez diminutas partículas de vidrio volcánico, como consecuencia de la reacción que se produce entre la lava y el agua de mar. Este vapor de naturaleza ácida es consecuencia de la generación de ácido clorhídrico (HCl) y un peligro local para las personas cercanas a este punto.

Tal y como ha informado el Instituto Volcanológico de Canarias, Involcán, no se trata de una columna o penacho volcánico tan energético como el que tiene lugar en el cono volcánico donde se está produciendo un jet de gases volcánicos ácidos que se inyectan a la atmósfera con tanta energía que llegan a alcanzar los cinco kilómetros de altura sino que son unos penachos volcánicos menos energéticos.

El régimen de vientos en la zona dónde se producen las columnas de gases contribuirán a la dispersión de estas, pero representan un peligro que para el entorno del área donde se produce el encuentro de la lava con el mar.

La inhalación o el contacto de gases y líquidos ácidos puede irritar la piel, los ojos y el tracto respiratorio, y puede provocar dificultades respiratorias, especialmente en personas con enfermedades respiratorias preexistentes.