Solo un 22% de «iteuveras»: «No somos princesas que no puedan mancharse las manos»

Con rémoras de tiempos que se antojan ya pasados, estas mujeres evidencian que el papel del hombre en el sector de la automoción no se debate. Sí el suyo y cuentan que aún deben driblar en su trabajo diario comentarios del tipo «prefiero hablar con alguno de tus compañeros, tú no tienes ni idea», o «¿por qué no llamas a algún isnpector que sepa?». Lo peor, en su opinión, son las situaciones opuestas a la discriminación neta, las que desprenden dosis de condescencia. «Yo te abro el capó, no vayas a mancharte –persuaden algunos–. Pero no somos princesas que no puedan mancharse las manos», se queja esta mujer. «A priori parece que debes darles las gracias, pero desde luego yo no lo siento así», señala Cruz.

Su compañera, la ingeniera china Fanfan Yang, observa que «los clientes se fían menos de nosotras, algunos ponen cara de asombro al ver que una mujer es la ingeniera y posee muchos conocimientos de mecánica o resuelve las dudas a todos los mecánicos hombres». Con fortuna, arguye, «no todo el mundo opina igual y cada vez hay más personas que al ver a una ingeniera en una estación se fijan en nuestra competencia y profesionalidad sin tener en consideración nuestro género». Esta mujer recuerda cómo un cliente se negó un día a dejarle su vehículo para realizar la prueba de frenos; «otro pretendía que fuese más blanda y le legalizara una reforma con la documentación errónea». Aunque hay de todo, y reacciones para todos los gustos, en una cosa están de acuerdo Cruz, Fanfan y también su compañera inspectora de ITV Lourdes Manzano : el de la automoción sigue siendo un mundo copado por hombres, a tenor de la radiografía de la clientela.

Lo puso sobre la mesa María Victoria Antona en una mesa redonda organizada recientemente por la Asociación de Entidades para la Inspección Técnica de Vehículos de la Comunidad de Madrid (AEMA-ITV). La directora territorial en Castilla y León del Grupo Itevelesa, que lleva 29 años en la empresa y escaló a este puesto tras 16, refrendó que el sector del motor sigue estando muy masculinizado. «Socialmente el automóvil sigue estando asociado al varón».

Casi el 100% de los clientes son hombres y dejan sobre el asfalto comentarios del tipo (cuentan las «iteuveras» de Islazul): «El coche está sucio porque es de mi mujer y las mujeres nunca lavan los coches; no me pongas muchos defectos que la jefa se enfada : o siempre son las mujeres las que manejan el dinero».

«Es difícil encontrar mujeres en la línea de inspección, porque todavía hay pocas mujeres que cursan estudios de automoción. Las que lo hacen suelen ser muy buenas», dice la delegada en Castilla y León, quien, como en AEMA Madrid, habla del perfil excelente y resultados extraordinarios que arroja esa infrarepresentación femenina en las estaciones. «Queda trabajo por delante –sintetizan–, no se puede frenar ahora» .