Sanidad ajusta a 417 la lista de fármacos que dejarán de financiarse en septiembre

El pasado mes de junio, la ministra Ana Mato presentó a las comunidades autónomas una propuesta inicial con 425 medicamentos. Ahora, tras estudiar todas las alegaciones de los laboratorios, Sanidad ha ajustado la cifra hasta los 417 productos. La resolución final, a la que ha tenido acceso ABC , incluye productos tan comunes como el antiácido «almax», el «bisolvón» para la tos o el «fortasec», contra la diarrea . La lista se publica hoy en el Boletín Oficial del Estado.

La salida de estos fármacos obligará a los ciudadanos a pagar la totalidad del medicamento en la farmacia, tenga o no tenga receta de un médico de la Sanidad pública. La medida afecta a todos los pacientes ya sean activos, jubilados o parados , salvo a algunos enfermos crónicos.

En su resolución, Sanidad ha incluido excepciones para los enfermos crónicos para no perjudicarles en exceso con la medida. A ella se podrán acoger pacientes con cáncer, problemas intestinales (colon irritable y diverticulitis), parapléjicos, con enfermedades vasculares y con un raro trastorno que provoca sequedad ocular llamado síndrome de Sjögren . Solo para estos enfermos crónicos, a los que se podía perjudicar con la medida, se mantiene la financiación pública como hasta ahora. Es decir, pagarán el 10, el 50 o el 60%, en función de su renta como establece el copago actual. Estas excepciones afectan a 97 medicamentos, la mayoría laxantes y antitusivos.

Las medicinas que dejan de financiarse son de uso común, pero también se utilizan en el tratamiento de problemas menores. También tienen un precio de venta en farmacia contenido para no gravar en exceso al bolsillo de los ciudadanos. La gran mayoría de los fármacos (273) no superan los cuatro euros. Otros 58 están entre los 4 y los 6 euros y solo un número reducido de ellos tienen un precio elevado. Estos últimos, los más caros, tienen una alternativa terapéutica financiada o están incluidos en las excepciones de enfermos crónicos.

Sanidad ha tomado medidas para evitar que la salida de la financiación de los fármacos dispare los precios de los productos afectados por el «medicamentazo». Al eliminarse la subvención, los fármacos dejarán de estar intervenidos aunque eso no significará que el laboratorio pueda poner el precio que quiera libremente. De momento, se mantendrá el precio que los medicamentos afectados tenían fijados antes de su exclusión.

El equipo del Ministerio también ha elaborado la lista excluyendo fármacos de grupos terapéuticos enteros . De esa manera, se evita que el consumo se desplace a otros productos que sí se siguen financiando pero son más caros. Eso ocurrió con otros «medicamentazos», como los realizados en 1993 por el Ejecutivo de Felipe González y en 1998 por el de José María Aznar, con los que no se obtuvo el ahorro esperado.

El actual equipo de Gobierno prevé un ahorro de 440 millones de euros al año con esta medida. El pasado mes de junio, la ministra Ana Mato justificó su decisión como una fórmula para que el Sistema Nacional de Salud pueda seguir pagando nuevas terapias, indicadas para enfermedades invalidantes o de pronóstico fatal . Mato dejaba claro que la Administración pública no financiará el «fluimucil» para el resfriado, pero sí el tratamiento más avanzado contra el cáncer.

En la criba, han salido fármacos indicados para el tratamiento de problemas menores o que se habían quedado obsoletos . Entre ellos: laxantes, antidiarréicos, jarabes para la tos, cremas contra los herpes labiales, lágrimas artificiales para la sequedad de ojos o mucolíticos o antimigrañosos.