El límite de edad con AstraZeneca en España lastra la vacunación de los mayores de 70 años

Los 3,1 millones de dosis de AstraZeneca administradas en España, con límite actual en los 69 años, habrían sido suficientes para cubrir a los mayores de 70 años que todavía no han recibido ningún pinchazo. Con datos hasta el 19 de abril, un 43,9% de septuagenarios ya tienen al menos una dosis. Faltan todavía 2,3 millones de personas entre 70 y 79 años. Es el cuarto país de la Unión Europea con peores cifras en esta franja de edad, según los datos del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades ( ECDC , por sus siglas en inglés).

Con una incidencia en España al borde del riesgo extremo, 231 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, aumenta el peligro por la desprotección a la población de más edad. Al fin y al cabo, en un virus donde la longevidad condiciona la gravedad de sus efectos, la población entre 70 y 79 años es la segunda con mayor mortalidad, con el 21% de las muertes en España, según los datos del Instituto de Salud Carlos III. El grupo con más mortalidad son los mayores de 80 años, con el 64% de los fallecidos. Ninguna del resto de franjas alcanza el 10% de los decesos. España sí tiene una alta protección de los mayores de 80 años , con el 98,6% con al menos una dosis hasta la fecha.

Al contrario que las personas entre 70 y 79 años, España sí tiene una de las mejores tasas de vacunación entre los sexagenarios , un colectivo también de riesgo, pero menor que los de mayor edad. Un 37,2% ya han recibido la primera dosis, la quinta más alta entre los países de la UE que proporcionan datos por edades. Los países que superan a España tienen también un mejor porcentaje en población septuagenaria.

La vacuna de AstraZeneca está siendo administrada ahora en España tan solo a las personas entre 60 y 69 años. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) advirtió sobre la posible relación entre la vacuna y los muy raros casos de trombos, observados mayoritariamente entre mujeres menores de 60 años. Sin embargo, la incidencia es tan baja que no pudo confirmar factores de riesgo como la edad, el sexo o el historial médico. Sin unas restricciones concretas, cada país estableció las suyas.

España la reservó para los sexagenarios. Desde la llegada de AstraZeneca la había administrado a trabajadores de profesiones esenciales menores de 55 años, ampliada después hasta los 65 años, por la eficacia no demostrada en mayores, cambió de criterio. El 8 de abril, la Comisión de Salud Pública , formada por técnicos del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas, concretó el límite entre los 60 y 69 años, un día después de la aprobación del Consejo Interterritorial de administrar el fármaco a los mayores de 60 años. La Comunidad de Madrid ha pedido que se eliminen los límites de edad.

En la Europa de los 27, no todos sus miembros han limitado su uso. Una docena de países la distribuyen a todas las edades. Austria, Bulgaria, Chipre, República Checa, Croacia, Hungría, Lituania, Luxemburgo, Letonia, Malta, Rumanía y Eslovaquia no mantienen restricción alguna.

Letonia es el país europeo que más depende del fármaco anglosueco: más de la mitad de su cartera es AstraZeneca. Letonia no puede permitirse el lujo de prescindir de AstraZeneca, al igual que otros países que apostaron por recibir un mayor lote de ella, más barato y fácil de conservar, en la compra comunitaria, como Bulgaria, Chipre, Estonia y Croacia. De ellos, tan solo Estonia impone un límite de edad, para mayores de 60 años.

Catorce son los países con límites de edad para la vacuna con AstraZeneca. El más estricto es España, limitado a la población entre 60 y 69 años. Suecia y Finlandia lo administran a todos mayores de 65 años. Alemania, Italia, Portugal, Países Bajos, Irlanda y Estonia, a los mayores de 60 años. Bélgica, a los mayores de 56 años. Francia, a partir de 55 años. Grecia, a los mayores de 30 años. Polonia, a los menores de 70 años.

Una nueva disparidad de criterios se producirá presumiblemente cuando la Agencia Europea del Medicamento ofrezca este martes sus conclusiones sobre la investigación de los raros casos de trombos como posible efecto adverso de la vacuna de Janssen, filial de la farmacéutica Johnson & Johnson. España tenía previsto administrarlo a los septuagenarios antes del frenazo a la distribución de su primer envío, la semana pasada.

Algunos países no se han esperado al veredicto del regulador europeo, y ya la han comenzado a administrar a su población. Bulgaria, Hungría, Luxemburgo, Irlanda y Polonia ya han empezado a distribuirla, según datos del ECDC.